Chicotazos
• El apellido Figueroa en Guerrero.
• Inconformidad, interés político y rencor.
Por Francisco Javier Flores V.
El evento cívico organizado en Huitzuco con motivo del 117 Aniversario del Natalicio del ex gobernador Rubén Figueroa Figueroa el pasado 9 de noviembre, provocó inconformidad en algunos sectores sociales de la entidad, con cierta resonancia a nivel nacional.
Si bien para algunos grupos identificados en el ala radical de lo que se ha conocido como “la izquierda” en nuestro país, sobre todo los de la vieja guardia, podría considerarse que es justificado el encono hacia el personaje porque en su momento profesaron ideologías encontradas e incluso tuvieron confrontación, no se puede decir que en Guerrero haya un descontento generalizado por el evento citado.
Más allá de la militancia priísta, que por afinidad ideológica le guarda respeto a su finado compañero de partido, hay guerrerenses y mexicanos que reconocen a la familia Figueroa por el legado que han dejado a lo largo de la historia: los hermanos, generales todos, Ambrosio, Francisco y Rómulo Figueroa Mata, partidarios de Francisco I. Madero y precursores de la Revolución Mexicana; el también general Andrés Figueroa Figueroa, que igual participó en la lucha revolucionaria y fue secretario de Guerra y Marina en el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río; y Ruffo Figueroa Figueroa, quien fue dirigente sindical en el entonces Distrito Federal, senador, diputado federal y gobernador del territorio de Quintana Roo.
Toda una estirpe con un lugar en la historia nacional, y que aún en nuestros días tiene aquí a su máximo exponente en la figura del también ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, hijo precisamente de Rubén Figueroa Figueroa, cuya imagen ciertamente no es la de un mártir o caudillo, y hasta la propia presidenta Claudia Sheinbaum se ha referido a él como “represor” y uno de los artífices de la llamada “guerra sucia” en la entidad, que tuvo como víctimas, por cierto, a muchos radicales de la llamada izquierda.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que en Guerrero existe la Ley Número 761 Sobre Símbolos de Identidad y Pertenencia del Estado de Guerrero, y que en cumplimiento de ella, fue que la Dirección de Actividades Cívicas del Gobierno Estatal participó, junto con el Ayuntamiento de Huitzuco (cuna de los Figueroa), en la conmemoración –no homenaje- de ese aniversario de natalicio.
En lo que va del sexenio que encabeza la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, el Gobierno estatal no había participado en ninguna conmemoración, según se supo, por los eventos de los huracanes Otis y John y la pandemia de Covid 19; sin embargo también se menciona que fue por recomendación del anterior director de Actividades Cívicas.
Curiosamente, hace apenas unos tres meses había sido nombrada como nueva titular de esa área Ximena Yareli Muñoz López, quien con este evento prácticamente se estaba estrenando, con tan mala fortuna que no consultó a sus superiores para llevarlo a cabo. Esa sería la explicación del por qué se decidió separarla del cargo (o destituirla, como mejor le guste). Pero además el Gobierno anunció que se revisará la referida Ley, se instalará un comité de revisión del calendario cívico y se promoverá una reforma del acuerdo que incorporaba a ex gobernadores en el calendario cívico estatal.
Así, actuando con firmeza para corregir errores de los que no está exento cualquier gobierno, la administración de Evelyn Salgado enfrenta esta situación que lamentablemente está siendo magnificada con claros fines de desprestigio y la inconformidad alentada por personajes que, curiosamente, simpatizan y promueven aspiraciones políticas de cierta funcionaria federal que desde el exterior intenta posicionarse de cara al 2027.
Algunos de esos personajes que hoy denostan, por cierto, no hace mucho cobraban como funcionarios en la nómina del Gobierno Estatal, evidenciando su actuar como producto de la combinación del interés político con el rencor por haber sido despedidos de sus cargos por ineptos, flojos y desleales.