Silvano Palacios, cínico chantajista; hay un doble discurso del dirigente de la Sección 14 del SNTE, acusan
Chilpancingo, Gro., a 14 de octubre del 2025.- Mientras miles de maestros en Guerrero enfrentan carencias en sus centros de trabajo, el secretario general de la Sección 14 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Silvano Palacios Salgado, vuelve a recurrir al mismo guión: amenazar con un paro laboral para presionar al gobierno estatal y federal, bajo el argumento del “incumplimiento de acuerdos”.
El dirigente sindical anunció que la organización “analiza irse a paro” si no se atienden las demandas pendientes, pero su discurso ha despertado más críticas que respaldo entre los propios docentes, quienes acusan a Palacios de usar la inconformidad magisterial como herramienta de chantaje político y no como defensa genuina de los derechos laborales.
Durante los últimos meses, la dirigencia de la Sección 14 ha mantenido una relación ambigua con las autoridades. Por un lado, presume mesas de diálogo y acuerdos firmados; por otro, denuncia públicamente al gobierno por “falta de cumplimiento”, sin mostrar resultados concretos ni avances tangibles para la base trabajadora.
Voces dentro del magisterio sostienen que Palacios Salgado ha perdido legitimidad, pues su gestión se ha caracterizado por el silencio frente a temas como la transparencia en el manejo de los recursos sindicales, los nombramientos irregulares y la opacidad en la asignación de plazas.
“Cada vez que el gobierno no le cumple algo personal o político, amenaza con paralizar las escuelas. Es un método de presión, no de lucha por la educación”, señaló un maestro jubilado de Chilpancingo, quien pidió el anonimato por temor a represalias.
El uso reiterado del paro como herramienta de negociación ha debilitado la imagen del sindicato ante la sociedad. Padres de familia y estudiantes son los principales afectados por las decisiones cupulares que, lejos de buscar soluciones reales, terminan reproduciendo el viejo esquema de presión y prebendas.
En los hechos, la amenaza de un paro parece más un instrumento de cálculo político que una acción de defensa laboral. Mientras tanto, los maestros continúan esperando mejoras en infraestructura, pagos atrasados y condiciones dignas para enseñar.
La ciudadanía y la base sindical exigen transparencia y congruencia. El SNTE no puede seguir siendo rehén de liderazgos que utilizan la protesta como moneda de cambio. Guerrero necesita educación, no chantajes.