
Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 19 de abril de 2009.- El arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, aseguró que no hay intimidación contra los representantes de la Iglesia por el asunto del narcotráfico, y señaló que todos los narcotraficantes han sido llamados a la conversión, para arrepentirse y dejar de perjudicar a la sociedad, por lo que les reiteró su exhorto a buscar la paz y la unidad con todos sus hermanos.
Acerca de las declaraciones del arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, quien reveló que en aquella entidad vive Joaquín “Chapo” Guzmán, apuntó que cualquier sacerdote tiene la libertad de hacer declaraciones como un ciudadano más, aunque esos señalamientos no representen necesariamente la doctrina de toda la Iglesia, “pero sí son afirmaciones respetables, porque las dice alguien con mucha representatividad”.
Sin embargo, dijo no estar de acuerdo con que las autoridades judiciales llamen a cuentas al clérigo de Durango, “porque no ha cometido un delito y tiene derecho a la denuncia anónima. Además, nosotros no tenemos ningún pacto de silencio, lo que nos corresponde como velación pastoral diocesana, es difundir el evangelio iluminando estas situaciones preocupantes por las cuales atraviesa México y la sociedad. El (Héctor González) lo hace no porque tenga otros intereses de tipo político ni económicos, sino solamente por el interés de servir”.
Luego mencionó que “nosotros estamos para abogar por el bien de todos, no estamos en contra ni siquiera de los asesinos, de los asaltantes, ni de los narcotraficantes; no estamos en contra de ellos, estamos a favor pero por el bien moral, por el bien espiritual, y que se conviertan a bien de los demás, de los ciudadanos, que dejen todo lo que está perjudicando a la sociedad; los hemos invitado a su conversión, no estamos agrediendo a nadie, por seguridad moral y de su salvación”.
Monseñor Aguirre Franco sostuvo que “todos tenemos el deber de la denuncia anónima, para que pueda ayudarse a combatir a los causantes del narcotráfico y de la presencia de esta violencia en México. No somos encargados de presentarnos públicamente ante los tribunales para hacerlo, eso es lo que es propio del respeto de la privacidad, los derechos humanos y de seguridad que tenemos en una sociedad como la mexicana”.
La afirmación del arzobispo de Durango, añadió, debe considerarse respetable y dársele el debido cauce, “pero así como todos tienen derecho a la privacidad y a la denuncia anónima, no se le puede pedir que diga en qué lugar y dónde está (El Chapo Guzmán), porque no tiene obligación de decirlo, pero sí tiene la capacidad, como cualquier otro ciudadano, de hacer una denuncia anónima”.
Más adelante, expuso que “hay muchas amenazas para quienes hacen estas denuncias o estas manifestaciones, incluyendo a varios clérigos, como las han tenido en el estado de Tabasco, en Michoacán; aquí no tenemos alguna noticia de que haya amenazas en contra de ministros de la Iglesia; cuando hicimos una marcha hace un año, a favor de la paz, entonces alguien hizo una llamada anónima diciendo que no hiciéramos la marcha porque iba a haber una masacre, que nos dedicáramos a lo nuestro y dejáramos de hacer esas invitaciones a la gente. Fue todo lo que recibimos, sin embargo nosotros hicimos la marcha, no caímos en el chantaje ni en la intimidación.”
Acerca de las declaraciones del arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, quien reveló que en aquella entidad vive Joaquín “Chapo” Guzmán, apuntó que cualquier sacerdote tiene la libertad de hacer declaraciones como un ciudadano más, aunque esos señalamientos no representen necesariamente la doctrina de toda la Iglesia, “pero sí son afirmaciones respetables, porque las dice alguien con mucha representatividad”.
Sin embargo, dijo no estar de acuerdo con que las autoridades judiciales llamen a cuentas al clérigo de Durango, “porque no ha cometido un delito y tiene derecho a la denuncia anónima. Además, nosotros no tenemos ningún pacto de silencio, lo que nos corresponde como velación pastoral diocesana, es difundir el evangelio iluminando estas situaciones preocupantes por las cuales atraviesa México y la sociedad. El (Héctor González) lo hace no porque tenga otros intereses de tipo político ni económicos, sino solamente por el interés de servir”.
Luego mencionó que “nosotros estamos para abogar por el bien de todos, no estamos en contra ni siquiera de los asesinos, de los asaltantes, ni de los narcotraficantes; no estamos en contra de ellos, estamos a favor pero por el bien moral, por el bien espiritual, y que se conviertan a bien de los demás, de los ciudadanos, que dejen todo lo que está perjudicando a la sociedad; los hemos invitado a su conversión, no estamos agrediendo a nadie, por seguridad moral y de su salvación”.
Monseñor Aguirre Franco sostuvo que “todos tenemos el deber de la denuncia anónima, para que pueda ayudarse a combatir a los causantes del narcotráfico y de la presencia de esta violencia en México. No somos encargados de presentarnos públicamente ante los tribunales para hacerlo, eso es lo que es propio del respeto de la privacidad, los derechos humanos y de seguridad que tenemos en una sociedad como la mexicana”.
La afirmación del arzobispo de Durango, añadió, debe considerarse respetable y dársele el debido cauce, “pero así como todos tienen derecho a la privacidad y a la denuncia anónima, no se le puede pedir que diga en qué lugar y dónde está (El Chapo Guzmán), porque no tiene obligación de decirlo, pero sí tiene la capacidad, como cualquier otro ciudadano, de hacer una denuncia anónima”.
Más adelante, expuso que “hay muchas amenazas para quienes hacen estas denuncias o estas manifestaciones, incluyendo a varios clérigos, como las han tenido en el estado de Tabasco, en Michoacán; aquí no tenemos alguna noticia de que haya amenazas en contra de ministros de la Iglesia; cuando hicimos una marcha hace un año, a favor de la paz, entonces alguien hizo una llamada anónima diciendo que no hiciéramos la marcha porque iba a haber una masacre, que nos dedicáramos a lo nuestro y dejáramos de hacer esas invitaciones a la gente. Fue todo lo que recibimos, sin embargo nosotros hicimos la marcha, no caímos en el chantaje ni en la intimidación.”