Un nuevo PRD para un nuevo Guerrero
El Partido de la Revolución Democrática nació como una exigencia de apertura política y justicia social, forjado por hombres y mujeres que enfrentaron al régimen autoritario con valentía, ideas y organización.
Hoy, esa herencia nos exige algo más que nostalgia: nos convoca a la reinvención. Por eso presentamos con convicción nuestro llamado: Un nuevo PRD.
Llamar a construir nuevo PRD no es un eslogan vacío. Es un compromiso con las nuevas generaciones que no vivieron la represión, el abandono y el fraude del 88, pero sí padecen el deterioro del medio ambiente, la falta de servicios y la violencia del presente.
Es una autocrítica asumida con dignidad, firmeza, decoro y una propuesta que busca devolverle sentido, fuerza y utilidad social y política al partido que alguna vez hizo temblar al sistema desde abajo.
Guerrero hoy tiene desafíos que reclaman respuestas ante la inseguridad, la crisis ambiental, el abandono institucional en regiones históricamente marginadas como la Montaña y la Costa Chica, y un pacto de poder que muchas veces se aleja de la gente.
En ese contexto, el PRD no puede limitarse a ser acompañante discreto de las decisiones del bloque gobernante en el estado. Nuestro deber es otro: ser una voz firme, aliada del pueblo, vigilante del poder. Sin negar las coincidencias con el movimiento de izquierda que gobierna hoy México.
Coincidimos en el ideal de justicia, en la crítica al viejo régimen, en el deseo de un país más equitativo: pero también entendemos que el pueblo exige eficiencia y resultados.
También tenemos la responsabilidad histórica de decir lo que otros callan, de señalar cuando se traicionan las causas populares, de exigir cuentas cuando se olvida la ética en el ejercicio público. Lo decimos claro: el PRD es de izquierda pero no será cómplice del silencio ni de la simulación.
Nuestro partido debe abrir las puertas a quienes hoy luchan desde la comunidad, la cultura, el feminismo, el ecologismo, el sindicalismo independiente. Es hora de recuperar la vocación de tribuna libre, de partido-movimiento, de herramienta del pueblo. Lo viejo que ya no sirve debe dejar paso a lo nuevo que nos exige la historia.
Por eso hemos iniciado desde la Dirección Ejecutiva Estatal una ruta de renovación política, orgánica y moral. Queremos un PRD con causas, con principios, con territorio y con voz. Un PRD que vuelva a las calles, que defienda a la gente, que denuncie los excesos del poder, que proteja a los migrantes y acompañe a las madres buscadoras. Un PRD que no solo aspire a puestos, sino a transformar realidades.
Decimos un nuevo PRD porque no renunciamos al pasado que nos hizo fuertes, pero sí renunciamos a los errores que nos alejaron de la gente. Vamos a reconciliarnos con quienes se fueron, pero sobre todo queremos ser opción real para quienes hoy no creen en la política y ni en los partidos.
Desde Guerrero, donde la historia ha sido siempre más dura, pero también más digna, llamamos a construir un nuevo capítulo.
El PRD no está muerto. Ni andaba de parranda. Estábamos sacudiéndonos de viejos acuerdos que nos ataron por años. Pero ya estamos de regreso, con el nuevo comienzo vamos con las banderas limpias, con el corazón firme y con el pueblo al frente.
Porque un nuevo Guerrero necesita un plan para salir del círculo de todo lo malo, tenemos todo para iniciar el camino de todo lo bueno; para ello necesitamos un nuevo PRD. Y aquí estamos, listos para dar la batalla. Firmes ante lo que venga. Veremos !