• La verdad de Alberto López Rosas, exalcalde de Acapulco, sobre las inundaciones en Zona Diamante.
La sociedad merece una explicación, daré la mía, si alguien tiene otra verdad que la exponga:
En 1997, el huracán Paulina nos despertó a una nueva realidad.
En 1992, se autoriza la construcción La Unidad Colosio, autorizándose un parcial cambio de uso de suelo, en esa zona.
Después del Paulina, esos extensos terrenos, se convierten en tentación para el desarrollo inmobiliario, ya que los cerros, habían dejado amarga experiencia con el meteoro de 1997.
En 1999, el gobierno municipal contrata un despacho de la CDMX, para que realice un proyecto del nuevo Plan de Desarrollo Urbano de La Zona Metropolitana de Punta Diamante, que tuvo un alto costo en todos los sentidos, a finales de 1999, se aprueba por el Cabildo ese proyecto y se publica en el Peruodico Oficial del Gobierno del estado, cambiando su uso de Agrícola a Mixto, habitacional y comercial; en el año 2001, se aprueban Las NormaComplementarias, con lo que abre la autorización formal para la construcción de unidades habitacionales.
Aquí se presenta el primer abuso, cambio de uso de suelo, no es lo mismo que cambio de densidad, es decir autorizar más construcción que la originalmente permitida y eso ocurrió, saturando la zona con comercios y unidades habitacionales, más allá, de lo legal.
Otro abuso fue la omisión e indolencia de Protur, Promotora Turística de Acapulco, sería como un Fonatur, que creó diversos destinos turísticos de playa, pues eso sería Protur en esa zona, para construir el equimiento y estructura urbana, es decir, urbanizar y vender los lotes, que antes habían sido parcelas, previa dotación de obras de canalización hidrosanitaria y de mitigación.
Se supone que ante la expropiación a favor de Protur, esta vendería a particulares y el monto de operación, sería invertido en la infraestructura urbana. Eso no ocurrió.
Punta Diamante sería el Acapulco moderno, el que competiría con Cancún, con Los Cabos, con Nuevo Vallarta, para no salirnos del mercado turístico.
La corrupción nos rebasó, hoy solo ruinas.
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Campestre La Laguna.
Este fue un Desarrollo habitacional fallido.
Resulta, en en terrenos de Metlapil, se inició un desarrollo inmobiliario, sin autorización y de preventa preferentemente para el magisterio, lo clausuramos, ya varios maestros habían realizado pagos parciales.
Al solicitarnos la licencia de construcción, y ante las pérdidas económicas de algunos profesores, otorgamos bajo condición la licencia respectiva, eso era que antes de seguir vendiendo en pre venta, realizaran las obras de mitigación y respetarán la densidad que se marca en la zona, en apariencia se comprometieron, en la realidad, no cumplieron y se procedió a cancelar la licencia de construcción que bajo condición se había otorgado.
Creo que fue la única licencia cancelada en esos desarrollos.
Autorizamos ante la apremiante necesidad de servicios, la construcción de la sede del Poder Judicial de la Federación, donde operan Los Tribunales Colegiados y de Distrito, La Clínica del Seguro Social en Llano Largo. Ampliamos a 4 carriles la calle Padre Ángel Martines. Conocida como la Simón Bolivar, hacia la Colosio y otros Desarrollos de la zona..
Protur, la alta densidad y la indolencia en servicios básicos detonó la región, paró la detonó causando ruinas y pérdida de confianza en el poder público.
Es fallido el propósito de competir con Cancún, la Riviera Maya, los Cabos, Nuevo Vallarta, mucho menos con Miami, Punta Cana u otros destinos que llegaron después y nos han rebasado.
Desde mi posición de ex alcalde, ofrezco disculpas a quienes han vivido experiencia desagradables y perdida de bienes, pero esa es mi verdad y si alguien tiene otra distinta, que la haga pública.
Afortunadamente, no hay pérdidas de vidas y eso mitiga la conciencia de quienes en verdad, actuaron en la zona, irresponsablemente, causantes de una enorme desilusión.