De Frente
El terror en Acapulco
1.
Es terrorífico saber que, frente a la estatua de Tin Tan dejaron la cabeza de un decapitado en una hielera del Oxxo.
Sobre la costera Miguel Alemán y cerca de la zona mayormente conocida de Acapulco: Caleta y Caletilla.
Ahí han asesinado, en la playa, con el sol alumbrando los casquillos y balas que se metieron en cabezas y cuerpos de inertes que han pasado a ¿mejor? vida.
Ha pasado cerca de la plaza Álvarez. En La Condesa. En el estacionamiento del y en el mismo restaurante La Playita. Igual ha pasado en la playa Icacos.
2.
Da miedo saber eso.
Pero, da mayor miedo otra cosa. Se ponen los pelos de punta y la piel chinita, chinita, cuando la violencia viene de quienes debieran cuidarnos: los policías municipales.
Eso le ha pasado el sábado por la tarde al periodista Juan Manuel Millán Sánchez, quien ha sido secuestrado, extorsionado e intimidado para obligarle a firmar un convenio por una falta de tránsito que él jamás cometió.
Es terrible. Es terror. Da miedo.
3.
El sábado pasado, cerca de las dos de la tarde, el periodista estacionó su auto sobre la avenida Farallón. La puerta derecha de su auto quedó abierta.
De pronto, ¡Zas y Zácatelas!
Un motociclista, que rebasó por la derecha, se estrelló con la puerta abierta. Voló por los aires. Se dañó la moto. También él.
El periodista auxilió al infortunado motociclista y le ofreció llevarlo a un hospital público. Pero…
No contaba con que, el moto conductor, trabaja como agente de tránsito municipal y, ese día, era el de su descanso.
Al lugar llegó una mancha de agentes. Juzgaron, condenaron y ejecutaron el periodista.
Que un grupo de policías te rodeen y acusen en público...
Es terrible. Es terror. Da miedo.
4.
El periodista fue llevado a las oficinas municipales. “Las de la Coca”, decíamos hace muchos años.
Lo encerraron en la oficina de los jefes de peritos apellidados Magaña, Corona y Rico.
No permitieron que le acompañaran ni su abogado ni sus familiares. Le amenazaron. Le dijeron sería remitido al penal de Acapulco. No le permitían hacer llamadas ni hablar con nadie.
Todo en, al menos, seis horas. Encerrado, asoleado, hastiado.
Es terrible. Es terror. Da miedo.
5.
Obligaron al periodista a pagar a la supuesta víctima mediante un convenio amañado y elaborado por esos “servidores públicos” quienes, además, elaboraron un dictamen pericial en donde acusaron, juzgaron y ejecutaron su sentencia:
“el periodista es culpable de tener su puerta derecha abierta y el motociclista debe recibir atención médica en un hospital privado, con cargo al acusado, porque rebasar por la derecha ya es permitido en ésta ciudad”.
Millán fue obligado a pagar por una falta no cometida, luego que una pandilla de servidores públicos le quitaron su libertad, de manera ilegal; le obligaron a firmar y pagar un convenio en su contra y dejarle en libertad luego de siete horas de encierro en una oficina municipal.
Dicen que le hicieron un favor al no remitirlo a la agencia del MP donde le darían sabadazo, domingazo y tal vez hasta lunazo. Y le harían otro favor si le pagaba el doble o el triple, de lo establecido en el amañado convenio, a la supuesta víctima para que “ya no te molesten más”.
Todo porque un motociclista rebasó por la derecha y se estrelló con un auto estacionado, cuyo conductor ofreció llevar a un hospital al infractor herido.
Debe ser terrible. Es el terror. Da miedo.
6.
Pensar mal nos permite, a veces, muy a veces, acertar. ¿Este es uno de esos casos?
Juan Manuel Millán es uno de los periodistas que interpusieron una queja en las comisiones de los derechos humanos en contra de la presidente municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, por agresiones a la prensa de Acapulco, cuando ella comenzaba su administración.
La denuncia sigue viva como, tal vez, y solo tal vez, los jefes de peritos municipales actuaron privando de su libertad y extorsionando al periodista porque alguien de muy arriba se los ordenó.
Y de no ser asi…
Es terrible, Es el terror. Da miedo.
7.
Que los ciudadanos estén a merced de estos jefes de peritos, Magaña, Corona y Rico, da mucho miedo.
¿A cuántos ciudadanos han privado de su libertad de manera ilegal?
¿A cuántos han extorsionando utilizando esta metodología especializada en sacar dinero fácil?
¿A quién le reportan los ingresos por esos latrocinios?
Terrible. De terror. Da miedo saber que el resultado de sus extorsiones, siempre caen para arriba.
¿Qué tan arriba?
8.
Cabe la posibilidad de que se interponga una denuncia penal por privación ilegal de la libertad y extorsión en contra de los pícaros y, tal vez, en contra de quien les habría ordenado actuar como delincuentes.
Tal vez, y solo tal vez, se invite a ciudadanos que han sido víctimas de los mismos pilluelos a unirse a la denuncia que será colectiva.
Es terrible. Es el terror. Da miedo vivir entre muertos en la costera y playas y entre pillos en las oficinas de la policía de Acapulco.
QUE CONSTE
Juanita Lobato, periodista de la vieja guardia que fue directora de la Hemeroteca Municipal ha perdido la vida.
Sus amigos lo sintieron entrañablemente.
¿Por qué, el ayuntamiento en donde ella era responsable de la memoria colectiva de la ciudad, no le dedicó ni una frase fúnebre?
La frivolidad debe ser la respuesta obvia.