La sequía, un problema que debe preocupar al gobierno morenista: José Juan Bautista Hernández

Jorge Balvanera
José Juan Bautista Hernández, líder estatal de Movimiento Antorchista, recriminó que el gobierno de la 4T, debe resolver a fondo el problema y poner en práctica un plan hídrico nacional integral, que no ponga a salvo la crisis, para el pueblo organizado, esa debe ser la exigencia al gobierno actual.
En entrevista, destacó que la disminución del agua dulce en la superficie terrestre es un problema que debe preocupar a los distintos gobiernos del mundo y no quedar sólo en los pronunciamientos de los representantes que asisten a las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el cambio climático, deben de ir más allá del discurso y tomar medidas reales para evitar tragedias.
Donde por cierto dijo que el ciclo de lluvias es natural, pero en las últimas décadas se ha alterado como consecuencia del cambio climático provocado por la contaminación, tala de bosques y explotación excesiva de los mantos acuíferos por algunos particulares que se llevan inmensas fortunas a sus bolsillos con la complicidad de las autoridades y provocando periodos atípicos de sequía y a la vez lluvias torrenciales en diferentes partes del planeta, que en lugar de beneficiar provocan tragedias y pérdida de bienes materiales.
Explicó que a nivel mundial se emplea el 70% de agua dulce para la agricultura y la ganadería, es decir, para la actividad primaria en la generación de alimentos; el 20% se utiliza para la industria, es este sector el causante de la contaminación a gran escala de los ríos y lagos, el resto, entre un 10% y 15% se utilizan en el hogar.
Reveló que en el país, este recurso no se encuentra de manera homogénea, tenemos desde zonas muy secas, principalmente al norte del país, hasta zonas donde relativamente no hay escasez como el sur. Según los datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en este año las zonas del norte y noreste son las más golpeadas por la sequía, a pesar de contar con infinidad de presas, éstas ya están vacías y no son suficientes para retener el agua para el consumo humano, menos para la agricultura.
Señaló que el impacto negativo que esto ocasiona en la economía del país es muy grande, principalmente en la actividad agropecuaria; el año pasado la sequía afectó el 71.5% del territorio, en este año es del 86.9 según la Conagua, y en algunos lugares como los estados de Baja California y Baja California Sur la escasez es del 100%. Los estados del norte son los principales productores de granos y legumbres.
Aunque aclaró que el trabajo en el campo ha evolucionado a través de la tecnología, sigue usando mano de obra que llega de los estados del sur; así la sequía provoca la reducción en la superficie cultivada, por lo que es seguro que habrá menos producción y los precios del maíz, trigo, frijol seguirán aumentando de precio, empeorando la difícil situación económica de los mexicanos, a la vez que provoca una considerable reducción del empleo de mano de obra y ahora los jornaleros tendrán que buscar otros destinos u otras actividades para hacerse de recursos para el sustento familiar, reiteró.
Manifestó que la sequía es un ciclo natural del agua pero que desgraciadamente con la influencia del hombre ha provocado alteraciones y las consecuencias son devastadoras. La deforestación, contaminación y consumo excesivo del agua son algunas de las causas que han provocado los desastres que estamos viviendo, los mantos acuíferos y las reservas del agua no pueden seguir regenerándose mientras siguen siendo explotados para el consumo humano, especialmente en el sector agrícola e industrial. Según El Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), del agua que se utiliza en México solo el 14% se emplea para el abastecimiento público, el 76% en el sector agrícola, el 5% en la industria y el otro 5% en la generación de energía hidroeléctrica.
Por último, aclaró que es cierto que prevalece la falta de cultura y malas prácticas en el uso y consumo del vital líquido, pero es tarea del gobierno regular el uso y la distribución, así como mantener en buen estado las obras de almacenamiento y conducción del agua, no se debe privilegiar a particulares a través de concesiones para la explotación de los mantos acuíferos, controlar la tala de los bosques, planificación del cambio del uso del suelo, establecer medidas estrictas para evitar la contaminación, sentenció y concluyó.