Con Buena Intención
Irascible e inmoral proselitismo municipal
En caso de encontrarse culpable de haber cometido un delito electoral, la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, podría alcanzar de uno a nueve años de prisión y de doscientos a cuatrocientos días de multa.
De acuerdo con lo que establece el marco jurídico de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, Adela Román podría ser destituida de su cargo y después aplicarse la ley, según la figura jurídica con la que se ostentó al presentarse a los centros de vacunación en donde, entre otras cosas, mencionó al titular del Poder Ejecutivo Federal como el responsable de la vacuna y ella misma se mencionó como interesada en la reelección.
Y es que, en cumpliendo con la normativa, en Comisiones el Congreso Local se dio entrada a la solicitud de licencia solicitada por Román Ocampo en su calidad de ciudadana (¿o posible como alcaldesa?) y se anunció que se llamaría a su suplente Matylde Testa, para ocupar el cargo en el que Adela pretendía dejar a su leal Secretario General, cuando en la Ley del Municipio Libre, es el Sindico Administrativo la autoridad, con derechos a salvo, para ocupar la presidencia municipal.
La licenciada Adela no esperó ni respetó la ratificación de su solicitud por parte del Congreso local y rauda y veloz se regresó a su oficina para preparar un recorrido por los centros de vacunación e informar, entre otras cosas, que ahora anda en busca de la reelección como Presidenta Municipal.
Se suponía que la ciudadana Adela se encontraba en espera de que Mario Delgado le informara la metodología de cómo se realizó la segunda encuesta que no la favoreció, y acusó a la dirigencia por su "opacidad" e "indiscrecion".
Y es que la magistrada con licencia se metió en camisa de 11 varas o simplemente se complicó la vida innecesariamente al meterse y salirse de una contienda interna en su partido MORENA, cuando en sus manos tiene la responsabilidad del municipio más grande del estado que enfrenta serios problemas de violencia, deterioro en los servicios públicos y serios problemas por la pandemia de COVID-19.
Es evidente que, ante la pandemia, Adela ha actuado con insensatez, ligereza e imprevisión y ahora suma las acusaciones muy serias del gobernador Héctor Astudillo Flores y de los partidos MC, PRD y PRI, porque supuestamente cometió un delito electoral al presentarse a una evento de carácter federal, en el que se repartía un programa (la vacuna contra COVID-19) que constituye un recurso público o subsidio de carácter federal.
Según lo que establece.el Código Penal del Estado de Guerrero, "se impondrá multa de diez a cien días de salario mínimo vigente en el estado y prisión de seis meses a tres años...al que fije o haga propaganda electoral en lugares o días No permitidos por el Código Electoral del Estado. Y realice altos de propaganda o de proselitismo a favor de un candidato, partido político o coalisión, existiendo prohibición legal para ello.
En lo que se perfecciona las denuncias en contra de la irascible alcaldesa y se aclara la validez de las mismas, es preciso señalar que, en lo que sí tiene mucha razón el mandatario estatal, es en señalar el asunto inmoral en el que incurre la primer edil en Acapulco, todo por su nueva insistencia de hoy, de una reelección no merecida.