Mi verdad
*Luz al final del túnel
Las sociedades liberales muchas veces son manipuladas por una supuesta libertad de expresión detrás de la cual se esconden intereses de dominación.
Cuando la libertad de expresión se percibe como una amenaza, tenemos que hacer una reflexión, de hacia dónde va caminando nuestro país.
En el año que lleva gobernando el actual presidente, varios destacados representantes de los medios de comunicación se han visto silenciados. Ya sea una autocensura de las empresas, para querer congraciarse con la Presidencia de la República (quien finalmente aprueba los contratos de comunicación social) o la interpretación de una sugerencia proveniente del poder ejecutivo.
El hecho es que la lista empieza a hacerse larga.
Entre los afectados se encuentran los siguientes:
Jorge Ramos, quien el Universal prescindió de sus servicios.Carlos Marín que dejó la dirección de Milenio, Carlos Loret de Mola, quien tuvo que decirla adiós a Televisa y al Radio (ahora colabora en el Washington Post y hace videos con buena penetración). Ricardo Alemán quien fue despedido también de radio y televisión. Carlos Padilla a quien le rescindieron contrato después de diecisiete años de trabajar en ABC radio. Rubén Cortés, dejó de ser director de “La Razón”. Ricardo Gómez fue despedido del Universal. Sergio Sarmiento terminó su relación con Grupo Radio Centro. La última víctima fue Víctor Trujillo (Brozo) quien sale del aire, Aire Libre ya no emitirá “El mañanero”. Se nos olvidaba Adela Micha también. Hay varios damnificados por la 4ª. T.
Desde la antigua Roma, el historiador Suetonio (70-126) nos decía:
En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres.
El ejecutivo federal debe de entender, que no por el hecho de que sea presidente todos debemos festejar y aplaudir su estrategia o lo peor del caso, sus ocurrencias y dislates, que son frecuentes, dada la excesiva exposición mediática que le gusta realizar de manera cotidiana.
Para empezar, el gobierno no se realiza única y exclusivamente dando conferencias de prensa. Hay que reconocerle que al hacerlo logra dos objetivos: Fijar la agenda y en ocasiones logra también distraer la atención de problemas más serios, con declaraciones y errores, que o son involuntarias (y eso nos hablaría de la falta de cultura general y los problemas de articulación verbal del presidente) o son parte de una estrategia conjunta y finge ser alguien limitado y necio. No lo sé con certeza.
Habrá siempre quien tenga otra opinión.
Robert Dahl, el teórico de la Ciencia Política, nos dice precisamente que la democracia es el ejercicio de pesos y contrapesos en una sociedad. Esperar que todos aplaudan las iniciativas presidenciales y que el hecho de no hacerlo sea visto casi como una traición a la patria, es una actitud pueril, propia de un adolescente caprichoso y no de un maduro jefe de estado.
El presidente tiene que aceptar la crítica, además, debe de escucharla, con respeto, atención, ya tiene el respaldo de los que votaron por él, eso lo sabemos todos (aun cuando las cifras de su aprobación han ido descendiendo) y ya no digamos las de su partido, que van en picada, ahora debe de buscar el consenso, entender que todos somos mexicanos y que su estrategia, muy parecida a la que implementó Hugo Chávez en Venezuela, desde 1999, no tiene cabida en nuestro México.
La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.
Esta es una cita de George Orwell (1903-1950) el escritor y periodista británico, que escribió la novela de ficción distópica 1984 .
La novela popularizó los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, de la ubicua policía del pensamiento y de la neolengua, adaptación del idioma inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el principio de que lo que no forma parte de la lengua, no puede ser pensado.
Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana, una sociedad donde se manipula la información y se practica la vigilancia masiva y la represión política y social.
Hay que recordar aquí al escritor español Fernando Sánchez Dragó, quien en su programa televisivo “Negro sobre Blanco” citaba a otro grande escritor español, José Luis Sampedro, el autor de _La Sonrisa Etrusca_ , considerada una de las cien mejores novelas en habla hispana del siglo XX.
Sampedro decía:
Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve para nada.
Somos mexicanos, no estamos acostumbrados a que nos digan que hacer, menos aún a que nos digan que pensar o como pensar.
Tenemos derechos que han sido ganados a fuerza de pérdida de vidas humanas y no estamos dispuestos de ninguna manera a ver que estos sean pisoteados. Defenderemos la libertad de expresión, los organismos constitucionales autónomos, el equilibrio y la libertad de los poderes. No podemos permitir que el poder ejecutivo avasalle al legislativo y al judicial. ¿Qué podemos hacer al respecto? Levantar nuestra voz, difundir el mensaje. México va a cumplir 200 años de haberse fundado en el año 2021. Un México independiente que se rebeló ante la tiranía. Un México bronco que jamás dejará que nadie se imponga por encima de la voluntad de los mexicanos libres.
Por ello, en 2021 haremos un llamado a votar mayoritariamente por la opción de Acción Nacional, quedó demostrado en las elecciones de 2019, que es la única opción.