• Narda, reviviendo la historia

¡Jálalo que es pargo!

• Narda, reviviendo la historia 

Por Jacko Badillo
Ríos desbordados, arroyos, barrancas, cauces pluviales sobrepasados de agua; inundaciones, deslaves, derrumbes, cortes carreteros, caída de árboles, de anuncios espectaculares, vehículo y ganado arrastrados por las corrientes de agua; fuertes rachas de viento y lluvia cayendo a raudales provocados por el fenómeno meteorológico “Narda”, que en las últimas horas ha azotado prácticamente todo el territorio guerrerense, lo mismo que en otras partes de la república.
A través de los medios de comunicación, principalmente gracias a la magia de las redes sociales que para estos casos transmiten la información en tiempo real, hemos podido darnos cuenta de la angustia de cientos, tal vez miles de familias que están siendo afectadas, tanto por la incomunicación de sus localidades como por los daños a sus propiedades, sin que la ayuda oficial llegue o si llega no es suficiente, dada la magnitud de la devastación.
En algunos lugares, como Coyuca de Benítez y la conjunción de los ríos Papagayo y Omitlán, el temor de los habitantes de pueblos cercanos a sufrir otra amarga experiencia como la de “Ingrid” y “Manuel” se convirtió este domingo por la tarde en pánico y desesperación al observar cómo el nivel del agua iba subiendo con riesgo de inundar nuevamente sus hogares y causar severos daños a sus demás propiedades, como hace seis años.
Aquí es donde cabe hacer una reflexión de la enorme necesidad de adoptar medidas de prevención y evitar seguir habitando zonas de alto riesgo, pero sobre todo tomar conciencia de que debemos preservar el entorno ecológico para que los efectos de estos fenómenos hidrometeorológicos causen las menos afectaciones posibles.
“La naturaleza tiene sus procesos naturales, pero nosotros los humanos estamos empeñados en alterar esos procesos y el balance de la tierra; esos procesos existen desde el principio de la creación y seguirán ocurriendo”. Ayudemos a nuestros hermanos en desgracia ante los daños ya causados, pero también promovamos el cuidado de nuestro entorno ecológico. Basta ya de querer competir contra la naturaleza.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!