El gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, indicó que el caso de la violencia en La Sierra es un asunto de seguridad nacional porque hay unos dos mil hombres armados que tienen atemorizada a la población, pertenecientes a dos grupos delincuenciales que se disputan precisamente ese territorio y recalcó que esos grupos no son policías comunitarios, sino civiles armados que no responden a los intereses de los habitantes.
Al término del evento donde fue celebrado el Día del Médico, en Chilpancingo, el ejecutivo estatal fue entrevistado por medios de comunicación y sostuvo que no se ha dejado de trabajar en la seguridad de la zona que comprende Filo de Caballos, en el municipio de Heliodoro Castillo, pues hay elementos policiacos y militares destacamentados en ese lugar.
Sin embargo apuntó que es muy difícil enfrentar con 50 ó 100 elementos de las fuerzas de seguridad a un grupo de dos mil hombres armados, por lo que seguirán trabajando “en términos de una investigación y por supuesto de fincar responsabilidades a quienes han cometido delitos, pero es un asunto delicado, de seguridad nacional, lo que ahí se está gestando”.
De los señalamientos del alcalde de Chichihualco, Ismael Cástulo Guzmán, quien responsabilizó al gobierno del estado por lo que pueda sucederle a las familias desplazadas obligadamente por la violencia en La Sierra, el gobernador dijo entender las presiones que tiene el munícipe, “pero este no es un asunto que yo haya construido, que haya fabricado; yo tengo mi responsabilidad y él tiene la suya, entonces más que echarnos culpas debemos construir todos un proceso para recuperar la normalidad”.
Astudillo Flores reiteró que los dos mil hombres armados en aquella región “se dicen policías comunitarios pero son grupos de civiles armados que responden a intereses no precisamente de la generalidad de la población”.