Mientras no se apoye al campo no se podrá atender a los migrantes guerrerenses que serán deportados de Estados Unidos, declaró el dirigente estatal de la Unión Nacional de Trabajadores del Campo, José Luis Iglesias Nava, quien indicó que faltan políticas públicas que atiendan verdaderamente a los campesinos, “pero no a los que se dicen campesinos”, lo que ha originado la migración de jornaleros guerrerenses hacia el norte.
“Es la falta de apoyo al campo, de oportunidades de empleo, por parte de los malos gobiernos que hemos tenido en Guerrero y en México, que no han sido capaces de crear políticas públicas y dirigir programas que apoyen a los verdaderos campesinos del estado y del país, lo que origina esta migración”, recalcó el representante de la UNTC.
Dijo que tan solo en los cultivos del norte del país, a donde llegan miles de paisanos cada temporada, viven en condiciones infrahumanas y mencionó que al menos 870 mil guerrerenses, la mayoría indígenas, emigran cada año hacia los campos agrícolas del noroeste mexicano, de acuerdo a la Encuesta Nacional Jornalera (ENJo).
Agregó que ninguna autoridad interviene para evitar que estos paisanos sean contratados en cada ciclo agrícola por enganchadores que les ofrecen buenas condiciones laborales y luego resultan inexistentes, los patrones los explotan haciéndolos trabajar más de 10 horas, aunado a la ausencia de apoyos gubernamentales y con una total impunidad para los dueños de aquellas fincas agrícolas.
Abundó que de acuerdo a un estudio del Centro de Desarrollo Indígena Loyola, se ha detectado a menores de seis años de edad trabajando en los campos, y tras una encuesta realizada por esa misma organización, en torno a las condiciones de salud de los niños jornaleros, concluyeron que 42 por ciento de los mismos padece desnutrición crónica, agudizada por la baja calidad de la alimentación que allá reciben.