Sin protocolos para discapacitados ante un sismo

Mario García Rodríguez, uno de los sobrevivientes del terremoto de hace 31 años en la Ciudad de México, recuerda con tristeza lo que sufrió y agradece estar vivo, pero se queja de que no hay protocolos para salvar a personas con discapacidades físicas, en caso de algún sismo que se registre en Acapulco.
“Yo me encontraba hospedado en el Hotel Regis de avenida Juárez, que quedó hecho escombros por el terremoto, cuando sentí el movimiento y como pude me levanté hacia la ventana, alcancé a agarrarme de las cortinas y vi a la gente corriendo por la calle, cuando de pronto caí a un precipicio y quedé atrapado entre los escombros durante aproximadamente 25 minutos, hasta que un policía me rescató”, narró el ex corresponsal del periódico El Día en esta entidad.
Agregó que cuando era trasladado a un lugar seguro para su atención médica, observó “desolación y escombros por todas partes, parecía una ciudad en guerra con edificios caídos, algunas personas caminaban como zombies, no había luz y escuchaba el ulular de las patrullas y ambulancias”.
Luego dijo que no ve muchos cambios en cuanto a la prevención y protección civil, “a pesar de que ese día fue el parteaguas para que naciera esta cultura, no he visto que la gente lo asimile ni el gobierno ha hecho lo suficiente para fomentar la cultura de la protección civil, estos simulacros son un fracaso porque a la hora de la realidad la gente corre cuando hay un sismo”.
También indicó que hay personas que a pesar de saber que existen zonas de riesgo por fenómenos como éstos y los hidrometeorológicos, “se instalan a vivir en esos lugares y no los abandonan ni cuando hay lluvias fuertes, exponiendo su vida”.
Dijo que para las personas con discapacidades físicas el problema es mayor porque no hay espacios donde puedan evaluar rápidamente ni existen los protocolos para su seguridad, “somos vulnerables quienes andamos en sillas de ruedas, bastones o muletas”.
Añadió que en Guerrero existen unas 300 mil personas en esas condiciones, “que estamos en una situación muy difícil, crítica, y además sin empleo, son pocas las fuentes de empleo que le ofrecen a las personas con discapacidad, a pesar de que tengo entendido existe una ley que obliga a las empresas y al sector público contratar el cinco por ciento de sus trabajadores entre las personas con discapacidades”.