Aunque se habla de daños colaterales por el uso de fungicidas para combatir a los mosquitos transmisores del zika, dengue y chikungunya, la Secretaría de Salud de Guerrero asegura que el uso del químico para rociados aéreos es el autorizado por la Cofepris (Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios) y organismos responsables de permitir su utilización.
Según datos de la dependencia, se ha utilizado para las nebulizaciones aéreas el clorpirifós, que de acuerdo con las autoridades del sector tiene el registro ante la Cofepris RSCO-URB-INAC-115-317-14, avalado, aprobado y autorizado también por el Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades (Cenaprece).
No obstante, cabe señalar que está considerado con una categoría toxicológica número III, o sea “moderadamente tóxico”, que puede afectar no solamente a los cultivos agrícolas sino también a las especies animales y al propio ser humano, por una exposición prolongada.
Según la Secretaría de Salud del estado, se han utilizado cuatro mil litros de este químico cuyo gasto de adquisición fue de dos millones 556 mil pesos, aunque en Internet se ha logrado saber que ofrecen en el mercado libre un litro de clorpirifós hasta en 500 pesos, al menudeo, que por cuatro mil litros resulta poco más de medio millón de pesos abajo de la cantidad dada a conocer por la Secretaría de Salud.
El consultor de salud pública e informática médica y desarrollo, doctor José Antonio Maraboto Martínez, declaró que actualmente la Secretaría de Salud de Veracruz, como la mayoría de las entidades del país, utiliza un plaguicida para el combate de las Enfermedades Transmitidas por Vectores (ETV) como el paludismo, encefalitis, el chagas, dengue, chikungunya, zika, entre otros, que está prohibido para uso doméstico en naciones como Estados Unidos desde el año 2000, ó Argentina, Venezuela y Nicaragua, debido a que genera trastornos neuroconductuales en los niños, pero además, mal utilizado entre los trabajadores del área de Vectores de la dependencia, para su aspersión, puede producir hasta la muerte.
Abundó que además no tiene la eficacia que suponen las autoridades, toda vez que los casos de dengue o chikungunya van cada vez más en aumento en varias entidades, no han disminuido y en Veracruz la situación es todavía peor.
Agregó que por eso hay algunas entidades que ya lo están dejando de usar por dichas razones, como son Sonora y Michoacán, pero Veracruz, “debido a que no tiene ni para agujas, no le queda más que utilizar lo que le mandan”.
Explicó que la Secretaría de Salud federal tiene una dependencia para la atención de enfermedades que es el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, encargada de elaborar, desarrollar y supervisar el programa nacional de control de enfermedades transmitidas por vectores y para el “control” de la reproducción del mosco utiliza un insecticida organofosforado llamado clorpirifós.