Arturo Parra Ochoa
Con mucho fervor, realismo y pasión, pero sobre todo humildad, 82 actores escenificaron la Pasión de Cristo en el poblado Kilómetro 30, edición 48 que atrajo a más de tres mil personas, donde el personaje central representado por Luis Felipe Torres Guatemala, dijo que debe recuperarse la unión familiar y no perder la fe ni las creencias religiosas para evitar más violencia y pérdida de valores.
En este lugar no hubo vigilancia policiaca, y tras poco más de dos horas del juicio, vía crucis y crucifixión de Jesús, que del toril del poblado trasladó a la muchedumbre hasta la parte alta de la colonia Liconsa, terminó el evento religioso con saldo de una joven desmayada y dos deshidratados.
Desde temprana hora fueron llegando pobladores del Kilómetro 30 y comunidades circunvecinas, así como cientos de visitantes de otras latitudes que siguen esta tradicional procesión que ha trascendido por su apasionada y fervorosa personificación, crudeza y realismo desde hace más de cuatro décadas.
Alrededor de la plaza de toros, punto de reunión donde se levantaron los dos escenarios en que Jesús (Luis Felipe Torres) es llevado a juicio ante Poncio Pilatos (Juan Manuel Torres Reyes) y Herodes (Cristian Jiménez), se instalaron puestos de comida, tacos, tortas, aguas frescas, chilate y hasta cervezas; baños públicos y terrazas con sillas en renta, desde cinco hasta 15 pesos por persona, para presenciar los actos.
Tras esta presentación escénica, que incluye momentos de conmoción cuando Jesús es castigado con 30 latigazos reales y le es colocada una corona de espinas, luego de ser condenado a muerte; la parte donde Herodes manda traer la cabeza cercenada de Juan el Bautista para complacer a Salomé, y de erotismo cuando ésta le ofrece una danza exótica, se inicia el vía crucis de El Mesías haciéndolo cargar una pesada cruz de madera, junto con dos delincuentes que también serían crucificados.
El recorrido hasta el cerro del Calvario (de la colonia Liconsa) fue de dos kilómetros, atravesando la carretera federal México-Acapulco, que se vio interrumpida su circulación durante varios minutos, con un largo peregrinar de fieles católicos y espectadores que no dejaron en ningún momento de tomar fotos de las tres caídas, el encuentro con María, la ayuda que recibe Jesús de Sirineo para cargar la cruz, hasta el momento cumbre de la crucifixión.
Hanzel Montejo, el director escénico, mencionó que la preparación de los personajes les llevó aproximadamente tres meses y medio, sufragando gastos con cooperaciones de la misma comunidad y apoyos de algunas autoridades, lográndose reunir este año 237 mil pesos, cantidad menor a la del año pasado cuando utilizaron 262 mil pesos, “porque algunas estructuras ye estaban compradas, entonces se reutilizaron”, indicó.
Agregó que hoy se presentó “una nueva idealización, la percepción artística de este montaje ahora fue diferente porque se resolvió de manera más artesanal, el Jesús mostrado este año fue más humano, mostró mayor humildad el actor, mientras que el del año pasado era más fuerte por la energía con que se condujo”.
Luis Felipe Torres, de 31 años de edad, dijo sentirse muy motivado con la representación de Jesús y manifestó que esta tradición católica debe fortalecer los lazos de todas las familias para que se mantengan unidas y no dejen de tener fe en Dios.