Operan sin control purificadoras de agua en el puerto (Novedades - 100113)

ARTURO PARRA OCHOA
NOVEDADES DE ACAPULCO
La venta de agua purificada en garrafones se ha convertido en un negocio rentable para muchos en Acapulco, porque no hay control, solo se tiene registro de 126 plantas purificadoras en la Subsecretaría de Regulación, Control y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud del estado, encargada de regularlas, por lo que muchos venden agua de dudosa procedencia y en forma clandestina, lo que atenta contra la salud de quienes la beben. 
De esas plantas, el 84.4 por ciento cumple con las normas de calidad del producto, y el resto presenta algunas irregularidades físico sanitarias tanto en sus instalaciones como en el procesamiento, indicó el titular de la Subsecretaría, Felipe de Jesús Kuri Sánchez, quien agregó que en un operativo de verificación se aplicaron 14 suspensiones temporales a igual número de empresas, por violar la normal oficial mexicana NOM-201-SSA1-2002, que rige los productos y servicios relacionados con el agua y hielo para consumo humano, envasados y a granel. 
Mientras tanto, decenas de camionetas cargadas de botellones con agua que no traen nigún sello ni etiqueta, recorren las colonias de la periferia sin que alguna autoridad las controle ni verifique la calidad del agua, que puede ser de la llave de algún domicilio particular, no apta para su consumo, además de que al exponer los garrafones a la luz solar éstos llegan a desarrollar microorganismos daniños para el ser humano, según la misma dependencia. 
En todo el estado, la Subsecretaría de Regulación, Control y Fomento Sanitario de la SS tiene registradas a 574 plantas purificadoras de agua en todo Guerrero, y el año pasado se realizaron 479 visitas sanitarias, de las cuales 151 fueron en Acapulco, las que arrojaron que el 84.4 por ciento cumple con la normatividad, aplicándose 14 sanciones de suspensión temporal, hasta que cumplan las condiciones en las que debe operar una planta de envasado en cuanto a equipo, tubería, áreas de lavado y llenado de agua. 

UN NEGOCIO INFORMAL 

Por si fuera poco, tampoco cuentan con licencias de funcionamiento porque según información del director de Reglamentos en el municipio, Ricardo Poxcin Jiménez, en dos años sólo 22 plantas purificadoras de agua en Acapulco solicitaron sus licencias, y en los operativos de inspección y regularización se aplicaron 25 infracciones a ese tipo de negocios que no tenían en regla sus permisos. 
Algunos propietarios y encargados de plantas purificadoras de agua se quejaron con el subsecretario de Regulación Sanitaria del estado, de que personal del Ayuntamiento de Acapulco, concretamente de la Dirección de Control y Regulación Sanitaria, los había visitado supuestamente para exigirles su documentación en regla pero con la intención de extorsionarlos. 
Sobre el particular, el titular de la dependencia, Juan Arizmendi Ríos, se negó a declarar a este diario, pero el director de Salud municipal, Rafael Piza Bernal, dijo al respecto que a ellos no les compete regular ni verificar a las embotelladoras de agua, y que no tienen personal suficiente como para visitar a esas empresas, ya que están ocupados en otras muchas tareas que sí les corresponden, y que si hubo algún intento de extorsión está abierto para atender las denuncias respectivas. 
De acuerdo con datos manejados por Roberto Alencaster Cerda, presidente de la Asociación Nacional de Productores y Distribuidores de Agua Purificada (ANPDAPAC), el 40 por ciento del universo de negocios dedicados al envasado de agua purificada están en la informalidad y fuera de las normas sanitarias, ya que llenan garrafones con agua de la llave, se “piratean” los envases de marca, y lo más insalubre es que hasta llenan los garrafones directamente de las pipas de agua, lo que representa un grave problema de salud, ya que puede ocasionar enfermedades gastrointestinales severas. 
Los productores y distribuidores informales de agua purificada, informó Alencaster, manejan precios que van desde los 10 hasta los 15 pesos por garrafón de aproximadamente 20 litros. Por su parte, la asociación maneja un precio promedio a nivel nacional de 22 pesos, con el cual cubren los altos costos del proceso de purificación. 
La gente que consume este tipo de agua (del mercado informal), aseguró, es la que tiene necesidad de comprar barato, sin embargo, las autoridades “no han hecho prácticamente nada” para erradicar el problema de la informalidad. 

CRECE CONSUMO DE AGUA EMBOTELLADA 

El negocio de la venta de agua embotellada ha crecido en Acapulco debido a las altas temperaturas durante el día, lo que provoca un mayor consumo de líquidos, pero la gente pocas veces toma precauciones para cuidar su salud, no revisa las botellas o garrafones, que traigan marca, sello, etiqueta con el número de lote, fecha de caducidad y los componentes del producto. 
Según la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Delia Montero, México encabeza una lista de las 20 naciones con mayor consumo anual por persona de agua embotellada, con 243.6 litros; le siguió Italia, con 186.6; después Emiratos Árabes Unidos con 153.5; Bélgica-Luxemburgo con 148.3, y Alemania con 134 litros per cápita. 
Afirma que el consumo de agua embotellada se va imponiendo en México y en el mundo más por interés comercial de empresas transnacionales que por cuestiones de salud, puesto que muchas de las marcas ni siquiera pasan las pruebas de laboratorio; sin embargo, inundan las calles, tiendas y hasta centros comerciales de renombre. 
El comercio del agua, añade, opera con escasa supervisión de las autoridades, cuando se supone que debe ser un mercado regulado y no es así, se desconocen muchos de sus procedimientos de purificación, de sus fuentes de aprovisionamiento, si son pozos propios o la obtienen de las tuberías municipales, de sus análisis de laboratorio y, en general, se desconocen sus convenios respectivos. No informan claramente al consumidor la fecha de caducidad, porque aunque sea líquido especialmente tratado para el consumo humano, también caduca al estar embotellado en material plástico, que produce gérmenes luego de cierto periodo. 
Y efectivamente, la mayoría de los botellones con agua que se venden en camionetas por casi todas las colonias de la periferia de Acapulco, son variados y no cuentan siquiera con una etiqueta que identifique en dónde se envasó, qué empresa es la responsable, no dan la información nutrimental, o cuando menos el contenido neto.
Otra situación similar es la de las botellas plástico con agua que venden ambulantes en los cruceros de las principales avenidas de la ciudad, las cuales aunque tienen etiquetas con la marca del producto y demás información, son expuestas al sol durante mucho tiempo y pueden crear microorganismos dañinos para la salud del ser humano, señaló el subsecretario de Regulación, Control y Fomento Sanitario, Felipe de Jesús Kuri Sánchez, pero indicó que a ellos no les corresponde controlar a estos vendedores.