Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 17 de diciembre de 2007.- Tres huelgas que se habían prolongado hasta por más de un año, y un paro laboral que terminó con el cierre de un hotel de la Zona Dorada, fueron las que más destacaron durante el 2007 que termina, mismas que finalmente se resolvieron con la liquidación de los trabajadores.
Aunque persiste el problema de los juegos mecánicos del parque Papagayo, donde no ha sido desalojada el área porque los trabajadores no han podido vender los aparatos, y por consiguiente permanecen en ese lugar, a pesar de que su huelga la dio por terminada la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, desde el pasado seis de mayo.
Dirigentes sindicales y el subsecretario de Trabajo en el estado, Porfirio Daza Rodríguez, coinciden en que no obstante haber sido un año económicamente difícil, en este 2007 los patrones concedieron aumentos de salarios y de prestaciones, aunque sea mínimos, y así prevaleció la conciliación de intereses entre las partes obrera y patronal, para evitar más conflictos y huelgas que provocaran el cierre de las fuentes de empleo.
Sin embargo, para Rodolfo Escobar Avila, secretario general del Sindicato Unico Sección 12 de la CTM, la clase patronal “sigue burlándose de los trabajadores, a los que trata como si fueran animales, y en muchas empresas se les explota de manera irracional, confabulados los patrones con sindicatos blancos que nos han invadido, y que firman contratos de protección para que los empresarios puedan administrar a su antojo las relaciones obrero patronales, usándose para impedir la formación de sindicatos auténticos, que defiendan los intereses de los trabajadores”.
El mismo Escobar, puntualiza que algunos dirigentes sindicales han perdido estatura de auténticos líderes de los trabajadores, por obsesionarse en la búsqueda de algún cargo de elección popular, como diputaciones y regidurías, lo que termina con una real defensa de la gente a la que dicen representar, y entran en juego los intereses políticos y electorales, menoscabando la lucha obrera, “cuando deben pensar primero en los trabajadores, y ya después esos cargos populares llegan por reconocimiento, pero aún siendo diputados o regidores nunca debe abandonarse la causa”, aseveró.
GLOBAL JEANS, LA PRIMERA HUELGA
Tal como lo hizo el 10 de octubre de 2005, cuando despidió a los primeros 300 trabajadores argumentando una baja en las exportaciones, el 10 de febrero la empresa maquiladora Global Jeans avisó a sus trabajadores que el día 12 de ese mes cerraría sus puertas ya de manera definitiva, porque la situación había empeorado.
Para proteger el pago al 100 por ciento sus salarios, prestaciones y posible liquidación, los 400 trabajadores pertenecientes al Sindicato Sección 20-A de la CTM, en ese entonces dirigido por Felipe Loyo Malabar, ahora miembro de la Unión Nacional de Trabajadores, colocaron las banderas rojinegras en esa textilera ubicada en la colonia Renacimiento.
Los empresarios ofrecían solamente el 30 por ciento de las liquidaciones, y comenzaron las fricciones entre ambas partes, incluso algunos sindicalizados se quejaron de su dirigente Loyo Malabar, al que señalaron de haberse “vendido” para que no recibieran el 100 por ciento de lo que les correspondía.Finalmente, el 22 de marzo la mayoría de los trabajadores comenzó a cobrar sus liquidaciones, ante la Primera Junta Local de Conciliación y Arbitraje, desistiéndose de la huelga, aunque algunos se quejaron de que solamente les estaban pagando el 80 por ciento.
LA DEL PAPAGAYO, A MÁS DE UN AÑO
La huelga de iniciaron 27 trabajadores en los juegos mecánicos del parque Papagayo, el 21 de febrero del 2006, terminó el día seis de mayo, de acuerdo con el dictamen de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, sin que a los obreros se les haya liquidado conforme a la ley, ni tampoco han podido rematar los juegos mecánicos que le fueron embargados a su ex patrón, para garantizarles el pago.
Los trabajadores, pertenecientes al Sindicato de las Costas de Guerrero CTM, que dirige Isidro Torres Gómez, reclamaban pago de salarios y prestaciones que se fueron acumulando hasta sumar la cantidad de tres millones de pesos, convirtiéndose en impagables por parte del patrón Alfredo Félix Díaz, que finalmente perdió la concesión y hasta la propiedad de los 45 juegos mecánicos, que le fue adjudicada a los trabajadores.
A la fecha, los 27 trabajadores de base no han podido vender el lote de juegos mecánicos a algún comprador, para cobrarse los tres millones de pesos, y han planteado diversas opciones al gobierno del estado, entre ellas que les adjudiquen también la concesión que ostentaba Félix Díaz, para integrar una sociedad cooperativa con la cual pongan a funcionar nuevamente los juegos.
Otra alternativa es que le otorguen la concesión al empresario Ramón Cardoso, a efecto de que éste asuma el pago de los adeudos con los trabajadores, comprometiéndose a reparar los juegos que se están deteriorando por el tiempo y la falta de mantenimiento, y que también el nuevo concesionario recontrataría a los trabajadores liquidados.
Como no se ha dado ninguna solución, el área de juegos mecánicos del Papagayo continúa sin actividad, los aparatos están abandonados y algunos trabajadores continúan haciendo guardias a la entrada del lugar, donde se dedican a vender botellas de agua y tarjetas telefónicas para sostenerse.
PARO LABORAL Y CIERRE DEL AVALON
El nueve de junio iniciaron un paro laboral los trabajadores sindicalizados del hotel Avalon Excalibur Acapulco, a raíz de un presunto robo perpetrado contra uno de los huéspedes, que llegó hasta los tribunales y finalmente cerró la hospedería durante poco más de un mes, para reabrir el 16 de julio, siendo señalado Rodolfo Escobar Avila, dirigente de la Sección 12, como el responsable del conflicto, de parte del sector hotelero.
Aunque el día nueve de junio fue un paro laboral, los 225 trabajadores colocaron las banderas rojinegras y emplazaron hasta el día 18, por violaciones al contrato colectivo de trabajo, asegurando el líder sindical que la movilización fue para proteger a los obreros, ya que tenían conocimiento de la pretensión de querer cerrar la empresa desde varias semanas antes de la denuncia de robo.
El conflicto duró 20 días, y dio fin cuando se inició la liquidación de los trabajadores sindicalizados, ante la Primera Junta Local de Conciliación y Arbitraje, estableciéndose el acuerdo de que una vez que la hospedería reabriera sus puertas, iba a contratar al personal liquidado, lo cual no se cumplió.
César Castillo, gerente del Avalon Acapulco, aseguró que no estaban obligados a cumplir con esa recontratación, mientras que Rodolfo Escobar se quejó de que los más de 200 trabajadores liquidados fueron “boletinados” en toda la hospedería de Acapulco, para impedirles empleo en caso de que lo buscaran.
CASTILLO REAL, LA HUELGA MÁS LARGA
El cuatro de octubre, y a cuatro años con siete meses de haber estallado, terminó la huelga en el hotel Castillo Real, cuyo contrato colectivo de trabajo lo ostentaba el sindicato Sección 34 de la CTM, que dirige César Landín Pineda, quien aseguró que los trabajadores fueron liquidados conforme a la ley, recibiendo además sus salarios caídos.
Desde el nueve de marzo de 2005, fueron colocadas las banderas rojinegras en esa hospedería ubicada sobre la Costera Miguel Alemán, iniciándose una huelga debido a que habían despedido a nueve trabajadores sindicalizados, a quienes se les señaló de haber robado un radio Nextel a la gerente Marisol Palacios Uribe, además de otros 12 trabajadores que aún no tenían base. Además, los representantes legales del hotel anunciaron el cierre del mismo, acusando de “terrorismo sindical” al sindicato que dirige Landín Pineda.
Hasta el cuatro de octubre, se liquidaron a los últimos cuatro trabajadores sindicalizados que aguantaron hasta el último día, a quienes se les pagó completa su liquidación y 70 por ciento de los salarios caídos, estableciéndose el acuerdo de que la empresa recontrataría a los liquidados cuando decidieran reabrir el hotel.
César Landín apuntó que el conflicto se resolvió finalmente con el cambio de representante legal de la empresa, pues el anterior, Oscar Páez Valencia, “era una persona insensible, lo que ocasionó que las partes entraran en conflicto y no encontráramos la solución definitiva”.
Añadió que no es su intención cerrar fuentes de empleo, pero reiteró su apoyo y respaldo para hacer huelgas “siempre y cuando se requiera; cuando se violen la ley laboral y los clausulados de los contratos, porque no vamos a cerrar empresas de manera irresponsable, pero aquí estamos para defender los intereses de los trabajadores por encima de cualquier cosa, cuidando la relación laboral, para que perduren las fuentes de trabajo en estos tiempos tan difíciles”.
El subsecretario de Trabajo en el estado, Porfirio Daza, aseguró que actualmente ya no existen conflictos laborales que amenacen con estallidos de huelga, pues los sindicatos y las empresas “han mostrado buena disposición de dirimir sus problemas por la vía del diálogo”.
Agregó que en las juntas de Conciliación y Arbitraje de Acapulco existen aproximadamente 400 emplazamientos, pero para revisión de contratos colectivos de trabajo, y que van por buen camino de la negociación.
Aunque persiste el problema de los juegos mecánicos del parque Papagayo, donde no ha sido desalojada el área porque los trabajadores no han podido vender los aparatos, y por consiguiente permanecen en ese lugar, a pesar de que su huelga la dio por terminada la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, desde el pasado seis de mayo.
Dirigentes sindicales y el subsecretario de Trabajo en el estado, Porfirio Daza Rodríguez, coinciden en que no obstante haber sido un año económicamente difícil, en este 2007 los patrones concedieron aumentos de salarios y de prestaciones, aunque sea mínimos, y así prevaleció la conciliación de intereses entre las partes obrera y patronal, para evitar más conflictos y huelgas que provocaran el cierre de las fuentes de empleo.
Sin embargo, para Rodolfo Escobar Avila, secretario general del Sindicato Unico Sección 12 de la CTM, la clase patronal “sigue burlándose de los trabajadores, a los que trata como si fueran animales, y en muchas empresas se les explota de manera irracional, confabulados los patrones con sindicatos blancos que nos han invadido, y que firman contratos de protección para que los empresarios puedan administrar a su antojo las relaciones obrero patronales, usándose para impedir la formación de sindicatos auténticos, que defiendan los intereses de los trabajadores”.
El mismo Escobar, puntualiza que algunos dirigentes sindicales han perdido estatura de auténticos líderes de los trabajadores, por obsesionarse en la búsqueda de algún cargo de elección popular, como diputaciones y regidurías, lo que termina con una real defensa de la gente a la que dicen representar, y entran en juego los intereses políticos y electorales, menoscabando la lucha obrera, “cuando deben pensar primero en los trabajadores, y ya después esos cargos populares llegan por reconocimiento, pero aún siendo diputados o regidores nunca debe abandonarse la causa”, aseveró.
GLOBAL JEANS, LA PRIMERA HUELGA
Tal como lo hizo el 10 de octubre de 2005, cuando despidió a los primeros 300 trabajadores argumentando una baja en las exportaciones, el 10 de febrero la empresa maquiladora Global Jeans avisó a sus trabajadores que el día 12 de ese mes cerraría sus puertas ya de manera definitiva, porque la situación había empeorado.
Para proteger el pago al 100 por ciento sus salarios, prestaciones y posible liquidación, los 400 trabajadores pertenecientes al Sindicato Sección 20-A de la CTM, en ese entonces dirigido por Felipe Loyo Malabar, ahora miembro de la Unión Nacional de Trabajadores, colocaron las banderas rojinegras en esa textilera ubicada en la colonia Renacimiento.
Los empresarios ofrecían solamente el 30 por ciento de las liquidaciones, y comenzaron las fricciones entre ambas partes, incluso algunos sindicalizados se quejaron de su dirigente Loyo Malabar, al que señalaron de haberse “vendido” para que no recibieran el 100 por ciento de lo que les correspondía.Finalmente, el 22 de marzo la mayoría de los trabajadores comenzó a cobrar sus liquidaciones, ante la Primera Junta Local de Conciliación y Arbitraje, desistiéndose de la huelga, aunque algunos se quejaron de que solamente les estaban pagando el 80 por ciento.
LA DEL PAPAGAYO, A MÁS DE UN AÑO
La huelga de iniciaron 27 trabajadores en los juegos mecánicos del parque Papagayo, el 21 de febrero del 2006, terminó el día seis de mayo, de acuerdo con el dictamen de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, sin que a los obreros se les haya liquidado conforme a la ley, ni tampoco han podido rematar los juegos mecánicos que le fueron embargados a su ex patrón, para garantizarles el pago.
Los trabajadores, pertenecientes al Sindicato de las Costas de Guerrero CTM, que dirige Isidro Torres Gómez, reclamaban pago de salarios y prestaciones que se fueron acumulando hasta sumar la cantidad de tres millones de pesos, convirtiéndose en impagables por parte del patrón Alfredo Félix Díaz, que finalmente perdió la concesión y hasta la propiedad de los 45 juegos mecánicos, que le fue adjudicada a los trabajadores.
A la fecha, los 27 trabajadores de base no han podido vender el lote de juegos mecánicos a algún comprador, para cobrarse los tres millones de pesos, y han planteado diversas opciones al gobierno del estado, entre ellas que les adjudiquen también la concesión que ostentaba Félix Díaz, para integrar una sociedad cooperativa con la cual pongan a funcionar nuevamente los juegos.
Otra alternativa es que le otorguen la concesión al empresario Ramón Cardoso, a efecto de que éste asuma el pago de los adeudos con los trabajadores, comprometiéndose a reparar los juegos que se están deteriorando por el tiempo y la falta de mantenimiento, y que también el nuevo concesionario recontrataría a los trabajadores liquidados.
Como no se ha dado ninguna solución, el área de juegos mecánicos del Papagayo continúa sin actividad, los aparatos están abandonados y algunos trabajadores continúan haciendo guardias a la entrada del lugar, donde se dedican a vender botellas de agua y tarjetas telefónicas para sostenerse.
PARO LABORAL Y CIERRE DEL AVALON
El nueve de junio iniciaron un paro laboral los trabajadores sindicalizados del hotel Avalon Excalibur Acapulco, a raíz de un presunto robo perpetrado contra uno de los huéspedes, que llegó hasta los tribunales y finalmente cerró la hospedería durante poco más de un mes, para reabrir el 16 de julio, siendo señalado Rodolfo Escobar Avila, dirigente de la Sección 12, como el responsable del conflicto, de parte del sector hotelero.
Aunque el día nueve de junio fue un paro laboral, los 225 trabajadores colocaron las banderas rojinegras y emplazaron hasta el día 18, por violaciones al contrato colectivo de trabajo, asegurando el líder sindical que la movilización fue para proteger a los obreros, ya que tenían conocimiento de la pretensión de querer cerrar la empresa desde varias semanas antes de la denuncia de robo.
El conflicto duró 20 días, y dio fin cuando se inició la liquidación de los trabajadores sindicalizados, ante la Primera Junta Local de Conciliación y Arbitraje, estableciéndose el acuerdo de que una vez que la hospedería reabriera sus puertas, iba a contratar al personal liquidado, lo cual no se cumplió.
César Castillo, gerente del Avalon Acapulco, aseguró que no estaban obligados a cumplir con esa recontratación, mientras que Rodolfo Escobar se quejó de que los más de 200 trabajadores liquidados fueron “boletinados” en toda la hospedería de Acapulco, para impedirles empleo en caso de que lo buscaran.
CASTILLO REAL, LA HUELGA MÁS LARGA
El cuatro de octubre, y a cuatro años con siete meses de haber estallado, terminó la huelga en el hotel Castillo Real, cuyo contrato colectivo de trabajo lo ostentaba el sindicato Sección 34 de la CTM, que dirige César Landín Pineda, quien aseguró que los trabajadores fueron liquidados conforme a la ley, recibiendo además sus salarios caídos.
Desde el nueve de marzo de 2005, fueron colocadas las banderas rojinegras en esa hospedería ubicada sobre la Costera Miguel Alemán, iniciándose una huelga debido a que habían despedido a nueve trabajadores sindicalizados, a quienes se les señaló de haber robado un radio Nextel a la gerente Marisol Palacios Uribe, además de otros 12 trabajadores que aún no tenían base. Además, los representantes legales del hotel anunciaron el cierre del mismo, acusando de “terrorismo sindical” al sindicato que dirige Landín Pineda.
Hasta el cuatro de octubre, se liquidaron a los últimos cuatro trabajadores sindicalizados que aguantaron hasta el último día, a quienes se les pagó completa su liquidación y 70 por ciento de los salarios caídos, estableciéndose el acuerdo de que la empresa recontrataría a los liquidados cuando decidieran reabrir el hotel.
César Landín apuntó que el conflicto se resolvió finalmente con el cambio de representante legal de la empresa, pues el anterior, Oscar Páez Valencia, “era una persona insensible, lo que ocasionó que las partes entraran en conflicto y no encontráramos la solución definitiva”.
Añadió que no es su intención cerrar fuentes de empleo, pero reiteró su apoyo y respaldo para hacer huelgas “siempre y cuando se requiera; cuando se violen la ley laboral y los clausulados de los contratos, porque no vamos a cerrar empresas de manera irresponsable, pero aquí estamos para defender los intereses de los trabajadores por encima de cualquier cosa, cuidando la relación laboral, para que perduren las fuentes de trabajo en estos tiempos tan difíciles”.
El subsecretario de Trabajo en el estado, Porfirio Daza, aseguró que actualmente ya no existen conflictos laborales que amenacen con estallidos de huelga, pues los sindicatos y las empresas “han mostrado buena disposición de dirimir sus problemas por la vía del diálogo”.
Agregó que en las juntas de Conciliación y Arbitraje de Acapulco existen aproximadamente 400 emplazamientos, pero para revisión de contratos colectivos de trabajo, y que van por buen camino de la negociación.