No debe aumentarse la tarifa del agua potable: arzobispo

Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 9 de diciembre de 2007.- Antes que promover un incremento a las tarifas del agua potable, debe pensarse en mejorar el servicio, que sea de calidad y que realmente llegue el vital líquido a los hogares acapulqueños, además de que se enderece la administración del organismo operador de ese servicio público, señaló el arzobispo Felipe Aguirre Franco.
Por otro lado, respaldó la disminución o supresión de las senadurías y diputaciones plurinominales, que se plantea en el marco de la reforma electoral, pues considera que esas posiciones se han convertido en meras concesiones políticas, cuando debe ejercerse la democracia mediante la elección directa de los representantes populares.
Durante su acostumbrada conferencia de prensa dominical, el representante de la Iglesia Católica también hizo un llamado a los guerrerenses a luchar contra la corrupción, “y los regalitos de fin de año que se convierten en auténticos sobornos hacia los funcionarios públicos”.
Monseñor Aguirre Franco dijo que debe tomarse conciencia de que el fenómeno de la corrupción existe, y que hay una urgente necesidad de combatirla, sobre todo porque Guerrero ocupa el quinto lugar entre los estados de la república donde más se practica, con una mayor incidencia en el servicio público.
“No estamos en contra de los justos reconocimientos que en esta época dan algunas instituciones particulares a los servidores públicos, pero debe respetarse la normatividad que existe para ello; que los obsequios no sobrepasen el límite de los costos establecidos, y que no se constituyan en auténticos sobornos, para pagar favores y crear compromisos, porque luego con esa clase de regalitos quieren comprar a los servidores públicos”, subrayó el vicario de la Arquidiócesis de Acapulco.
Indicó que la corrupción ha invadido el sector público, el privado y a la sociedad misma, contribuyendo en gran medida al subdesarrollo económico, político, social y cultural que enfrenta Guerrero. “Es una de las causas que en mayor medida determinan el subdesarrollo y la pobreza de esta entidad, por lo que la práctica y la cultura de la corrupción deben ser sustituidas por la práctica y la cultura de la legalidad”, anotó.
Y para combatir la corrupción, puntualizó Aguirre Franco, “es muy importante que las responsabilidades de los hechos ilícitos salgan a la luz pública; que los culpables sean castigados con formas reparadoras de comportamientos socialmente responsables. Se requiere de la educación y la formación ética y moral de los ciudadanos, y en ese sentido la Iglesia contribuye desde su misión evangelizadora, para prevenir ese tipo de conductas ilícitas”.
Al abordar el tema de la CAPAMA y rechazar cualquier intento por incrementar las tarifas del agua potable, mientras no se resuelva la situación del servicio irregular y de mala calidad que se presta actualmente, el arzobispo de Acapulco observó que es mucha la necesidad de la gente de contar con el vital líquido, “por lo que no deben enfrascarse los responsables de garantizarlo, en conflictos burocráticos que pueden superarse mediante el diálogo comprensivo y razonable”.
Reprochó a la Comisión Federal de Electricidad y a la propia Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco, el que no se pongan de acuerdo para evitar que la gente se quede sin agua potable, “porque cualquier retraso burocrático y mala administración, la sufre el pueblo”.
Acerca de la reforma electoral, refirió que la Iglesia ve con buenos ojos los temas que se están discutiendo, como el caso de las diputaciones y senadurías plurinominales, así como las medidas que se analizan para evitar posibles fraudes electorales, “pero les pedimos a los legisladores que haya una jurisprudencia al alcance todos los ciudadanos, que no se quede esto nada más en el tintero del legislativo, sino que llegue al diccionario de los campesinos, de las amas de casa, de los jóvenes y los adultos”, recalcó.