Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 16 de junio de 2007.- La marea roja es un aumento excesivo de microorganismos tóxicos propiciado por las condiciones ambientales que generan bacterias en el mar, señaló el investigador de la unidad académica de Ecología Marina de la UAG, Rafael Flores Garza, quien descartó que este año pueda causar un problema mayor como hace 15 años, cuando se registraron algunas muertes de humanos por consumir moluscos infestados de toxinas.
Ese fenómeno bacteriológico, explicó, se debe al aumento excesivo de protozoarios dinoflagelados de diversos géneros, propiciado por las condiciones ambientales y micro ambientales. Sin embargo, indicó que se trata de un proceso natural, pues esos microorganismos forman parte de la alimentación de diversas especies de moluscos bivalvos como el ostión, almeja, caracol y otros.
Algunos de ellos, prosiguió, son filtradores, por lo que ingieren gran cantidad de protozoarios que producen una toxina llamada saxitoxina, que no causa daños al molusco, pero sí a otros organismos, entre ellos al hombre que los consume, cuando los niveles de toxina son elevados.
Hasta el momento, expuso Flores Garza, se han descrito seis tipos de toxina o veneno paralizante de moluscos bivalvos, y son causantes de diarrea, en ocasiones parálisis y pueden ocasionar hasta la muerte del consumidor. Entre los responsables del fenómeno, dijo que se encuentran bacterias, ciliados, cianofitas y dinoflagelados, pero en algunos casos las mareas rojas no son tóxicas.
Los dinoflagelados pertenecen a su vez al holoplancton, y su función es la fotosíntesis; algunos son productores de bioluminiscencia marina, van a la deriva en el mar y son organismos adaptados para desarrollarse con escasos nutrientes, alta salinidad y acciones tóxicas, y responsables de las coloraciones rojizas del mar.
Sirven de alimento a sardinas y a bivalvos como el ostión margarita, callo de hacha, almeja, caracol, entre otras especies, las que al retener concentraciones de toxinas pueden producir parálisis o muerte del humano por el veneno paralizante, y por eso las autoridades recomiendan no consumirlos en esta temporada.
Su presencia se debe a la alta concentración de nutrientes que son propicios para su desarrollo en algunas épocas del año. Según el grado de toxicidad, es como las autoridades sanitarias han decretado la veda temporal en el consumo de mariscos que están bajo control sanitario, y verifican el índice de crecimiento del veneno paralizante para prevenir riesgos a la salud.
Ese fenómeno bacteriológico, explicó, se debe al aumento excesivo de protozoarios dinoflagelados de diversos géneros, propiciado por las condiciones ambientales y micro ambientales. Sin embargo, indicó que se trata de un proceso natural, pues esos microorganismos forman parte de la alimentación de diversas especies de moluscos bivalvos como el ostión, almeja, caracol y otros.
Algunos de ellos, prosiguió, son filtradores, por lo que ingieren gran cantidad de protozoarios que producen una toxina llamada saxitoxina, que no causa daños al molusco, pero sí a otros organismos, entre ellos al hombre que los consume, cuando los niveles de toxina son elevados.
Hasta el momento, expuso Flores Garza, se han descrito seis tipos de toxina o veneno paralizante de moluscos bivalvos, y son causantes de diarrea, en ocasiones parálisis y pueden ocasionar hasta la muerte del consumidor. Entre los responsables del fenómeno, dijo que se encuentran bacterias, ciliados, cianofitas y dinoflagelados, pero en algunos casos las mareas rojas no son tóxicas.
Los dinoflagelados pertenecen a su vez al holoplancton, y su función es la fotosíntesis; algunos son productores de bioluminiscencia marina, van a la deriva en el mar y son organismos adaptados para desarrollarse con escasos nutrientes, alta salinidad y acciones tóxicas, y responsables de las coloraciones rojizas del mar.
Sirven de alimento a sardinas y a bivalvos como el ostión margarita, callo de hacha, almeja, caracol, entre otras especies, las que al retener concentraciones de toxinas pueden producir parálisis o muerte del humano por el veneno paralizante, y por eso las autoridades recomiendan no consumirlos en esta temporada.
Su presencia se debe a la alta concentración de nutrientes que son propicios para su desarrollo en algunas épocas del año. Según el grado de toxicidad, es como las autoridades sanitarias han decretado la veda temporal en el consumo de mariscos que están bajo control sanitario, y verifican el índice de crecimiento del veneno paralizante para prevenir riesgos a la salud.