No aprueba la Iglesia Católica matrimonio entre gays

Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 4 de febrero de 2007.- El arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, aclaró que la Iglesia Católica no está en contra ni sataniza a los homosexuales o lesbianas, pero no admite los matrimonios entre personas del mismo sexo, porque éstos deben ser entre heterosexuales, desde su visión como cristianos y por la misma naturaleza.
Abordado sobre ese tema que ha causado revuelo en Saltillo, Coahuila, donde se llevó acabo el primer matrimonio mexicano entre dos lesbianas, el representante de la Arquidiócesis de Acapulco insistió en que las personas “gay” son dignas de todo respeto porque se trata de humanos como cualquier otro, “por lo que no debemos verlos como una casta aparte, pero desde nuestra visión como católicos y porque es propio de la naturaleza, la unión de parejas debe hacerse entre personas de distinto género, o del mismo”, asentó.
Por otro lado, Aguirre Franco consideró que con el Operativo Conjunto Guerrero “la delincuencia organizada ha dado marcha atrás y debemos ver esas acciones con buenos ojos”, refiriéndose a la actuación de las fuerzas federales en Acapulco, “en las cuales depositamos nuestras esperanzas sinceras, y esperemos que la delincuencia no sea incitada a que vuelva nuevamente”, apuntó.
También dio su punto de vista sobre la protección legal decretada en México hacia los manglares y la vida silvestre, y dijo estar de acuerdo con que se respete el medio ambiente del país, que se conserven los manglares y la ecología marina en todos los litorales, “pero debemos guardar también un equilibrio, entre la naturaleza y el desarrollo, porque en algunos casos es necesario darle paso al progreso, nada más hay que hacerlo de manera equilibrada”, observó el arzobispo.
Monseñor Felipe Aguirre, quien cumplió 73 años de vida y recibió a un grupo de visitantes provenientes de Polonia, ayer en la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad, se refirió por otra parte al problema del alza a la tortilla y otros artículos de la canasta básica.
“Tenemos entendido –expresó- de que no es culpa del gobierno esa alza de precios, pero es necesario meter al orden a los grandes consorcios nacionales que se apoderan de la riqueza mexicana, que es el maíz; lo acaparan y provocan esta escalada de precios, pero también es urgente que se revise nuestra agricultura, luchar por la autosuficiencia alimentaria por el bien de nuestra economía”.
Abundó que la situación de la tortilla pone el riesgo la estabilidad social del país, y pidió que no siga engañándose al pueblo con el precio, porque mientras el Presidente de México dice que debe costar 8.50 pesos el kilogramo, aquí se habla de 10 y hasta 12 pesos, “y especialmente que no engañen a la gente pobre, a la que menos recursos económicos tiene”, concluyó.