Piden transportistas una fiscalía especial para atender denuncias por pirataje

Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 16 de enero de 2007.- Transportistas de dos agrupaciones exigen la creación de una fiscalía especial para delitos que tengan que ver con ese sector, como el pirataje, y piden que se modifique nuevamente el Código Penal del Estado de Guerrero, para que se especifiquen las penas por otras agravantes como la falsificación de documentos, la clonación, invasión de rutas y otras pendientes.
Domingo Leyva Ramírez, presidente de la línea de transportes “Lázaro Cárdenas”, adherida a la Unión de Transportistas Democráticos, remarcó que hay muchas lagunas en las reformas que se le hicieron al Código Penal para efectos de castigar al pirataje y otros delitos cometidos dentro del transporte público de la entidad, las cuales deben ser corregidas por el Congreso del Estado.
En estos días, diputados locales y presidentes municipales se reúnen para acordar las modificaciones que le harán a la Ley de Transportes del estado, pero Leyva y Cirilo López Sánchez, de la Red de Transportistas, opinan que también debe reformarse el Código Penal, “pues quedó a medias en materia de pirataje y otros delitos, y por eso no se les castiga como debe ser, a pesar de que ya está tipificado como delito del orden común el pirataje.”
Coincidieron en que las denuncias por estos delitos deben ser turnadas directamente a las agencias del Ministerio Público del fuero común, y no a las delegaciones de Transportes, pero para eso se requieren otras reformas penales, además de que deberá crearse una fiscalía especial para atender esta clase de delitos.
Se refirieron al artículo 204 bis del Código Penal del Estado, el cual tipifica como delito el pirataje, pero no se reglamentó debidamente al respecto, y quienes han sido denunciados por ese ilícito continúan cometiéndolo, “incrementándose notablemente en los últimos días”, remarcaron.
Leyva Ramírez mencionó que hay líderes de transportistas que fomentan y protegen estos ilícitos, como Roberto Aguilar, Próspero Martínez y Rogelio Hernández, a quienes fácilmente se les puede ver cómo se enriquecen, por los vehículos que conducen y la forma tan desahogada con que viven económicamente.