Nada recomienda la Iglesia Católica sobre la ola de crímenes en Acapulco

Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 7 de enero de 2007.- El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Acapulco, Juan Navarro Castellanos, tras considerar que la ola de violencia que se ha recrudecido en este puerto “oscurece la vida tranquila de los acapulqueños, y no debemos acostumbrarnos a ello”, eludió opinar sobre la inseguridad pública y qué hacer para enmendarla, “porque nosotros no somos técnicos en la materia, no podemos recomendarles nada a los que saben de estas estrategias.”
Lamentó la muerte del diputado panista Jorge Bajos Valverde, así como la de una gerente de conocida tienda departamental ocurrida el sábado sobre la avenida Cuauhtémoc, “crímenes que se van sucediendo uno a otro de manera lamentable y eso nos preocupa, ojalá que no nos acostumbremos a que así sucedan las cosas todos los días, eso va contra la vida y el bienestar de nosotros y de toda la sociedad”, precisó.
Sin embargo no quiso hablar de lo que propone la Iglesia Católica para remediar esa situación. “Nuestra tarea es anunciar el Evangelio e invitar a que cambiemos; es una tarea ética, moral y orientadora, invitamos a todos a tomar actitudes diferentes, esperamos que las autoridades hagan su parte y la sociedad también”, añadió el obispo auxiliar, luego de su homilía de ayer en sustitución del arzobispo Felipe Aguirre Franco.
La actual situación de violencia y de crisis, apuntó, “la hemos generado todos de una manera o de otra, por las distintas situaciones que se viven de descomposición, de crisis familiar, de desintegraciones familiares, de violencia que se manifiesta y se promueve incluso por los medios de comunicación”.
A insistencia de reporteros, durante una conferencia de prensa, Navarro Castellanos de plano señaló: “Nosotros no somos técnicos en materia de seguridad ni somos expertos en cuestiones policiacas, no tenemos capacidad para opinar en ese sentido, creo que el problema es mucho más complejo; no es cuestión de políticas o estrategias gubernamentales, la sociedad está descompuesta, es un grave problema cultural el que estamos viviendo”.