Arturo Parra Ochoa
Acapulco, Gro., 8 de enero de 2007.- Debido a que la franja hotelera de Acapulco se encuentra dentro de una zona sísmica con suelo arenoso-arcilloso, es necesario una nueva revisión estructural de todos los hoteles y demás edificios, que suman alrededor de 100, porque la mayoría no ha sido objeto de remodelación para apuntalar sus estructuras desde hace cuatro décadas.
Salvo algunos detalles como pintura, cancelería de aluminio y acabados, pero ninguna reparación relacionada con las trabes, columnas, castillos, cadenas o muros de carga, a pesar de que la durabilidad de esas construcciones es de no más de 50 años, se le han hecho a los edificios cuando ya falta poco para que concluyan su período, particularmente en el caso de la zona tradicional, según el arquitecto urbanista Domitilo Soto González.
Alertó sobre la fragilidad de los grandes inmuebles turísticos y otros públicos, por la susceptibilidad de Acapulco a ocurrir algún fenómeno sísmico o hidrometeorológico de grandes magnitudes, lo que amerita ya una nueva revisión estructural de toda la franja.
Mencionó que aunque algunos hoteles sí han sido remodelados, previendo precisamente esta situación, como el Condesa del Mar, próximamente El Presidente y El Cid, entre algunos más, la mayoría no lo ha hecho desde hace 40 años, y apenas si sus propietarios le han efectuado trabajos de remozamiento, carpintería, pintura y plomería.
Para obligarlos a que les realicen un mantenimiento adecuado, opinó que deben intervenir las autoridades de Protección Civil, pero apoyados de manera interinstitucional con los colegios de ingenieros arquitectos e ingenieros electromecánicos, para revisar también las instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias.
Abundó que la mayor parte de esos hoteles y edificios públicos tienen fachadas con acabados de materiales ligeros, páneles que representan debilidad ante la presencia de un fenómeno hidrometeorológico, con velocidades del viento de 100 a 150 kilómetros por hora, lo cual provocaría serios accidentes.
Soto González agregó que para una mejor asesoría sobre la urgente necesidad de una revisión estructural de esos inmuebles, sobre todo los ubicados sobre la avenida Costera Miguel Alemán, se puede consultar a las instituciones académicas de nivel superior que tienen experiencia en la materia, como la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional.
Por último, mencionó que los hoteles de la zona tradicional tienen mayor urgencia de ser revisados y remodelados, pues datan de las décadas de los 40 y los 60, de ahí hasta los 80 se fueron construyendo los de la llamada zona Dorada, y posteriormente los del Acapulco Diamante, que son más actuales.
Acapulco, Gro., 8 de enero de 2007.- Debido a que la franja hotelera de Acapulco se encuentra dentro de una zona sísmica con suelo arenoso-arcilloso, es necesario una nueva revisión estructural de todos los hoteles y demás edificios, que suman alrededor de 100, porque la mayoría no ha sido objeto de remodelación para apuntalar sus estructuras desde hace cuatro décadas.
Salvo algunos detalles como pintura, cancelería de aluminio y acabados, pero ninguna reparación relacionada con las trabes, columnas, castillos, cadenas o muros de carga, a pesar de que la durabilidad de esas construcciones es de no más de 50 años, se le han hecho a los edificios cuando ya falta poco para que concluyan su período, particularmente en el caso de la zona tradicional, según el arquitecto urbanista Domitilo Soto González.
Alertó sobre la fragilidad de los grandes inmuebles turísticos y otros públicos, por la susceptibilidad de Acapulco a ocurrir algún fenómeno sísmico o hidrometeorológico de grandes magnitudes, lo que amerita ya una nueva revisión estructural de toda la franja.
Mencionó que aunque algunos hoteles sí han sido remodelados, previendo precisamente esta situación, como el Condesa del Mar, próximamente El Presidente y El Cid, entre algunos más, la mayoría no lo ha hecho desde hace 40 años, y apenas si sus propietarios le han efectuado trabajos de remozamiento, carpintería, pintura y plomería.
Para obligarlos a que les realicen un mantenimiento adecuado, opinó que deben intervenir las autoridades de Protección Civil, pero apoyados de manera interinstitucional con los colegios de ingenieros arquitectos e ingenieros electromecánicos, para revisar también las instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias.
Abundó que la mayor parte de esos hoteles y edificios públicos tienen fachadas con acabados de materiales ligeros, páneles que representan debilidad ante la presencia de un fenómeno hidrometeorológico, con velocidades del viento de 100 a 150 kilómetros por hora, lo cual provocaría serios accidentes.
Soto González agregó que para una mejor asesoría sobre la urgente necesidad de una revisión estructural de esos inmuebles, sobre todo los ubicados sobre la avenida Costera Miguel Alemán, se puede consultar a las instituciones académicas de nivel superior que tienen experiencia en la materia, como la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional.
Por último, mencionó que los hoteles de la zona tradicional tienen mayor urgencia de ser revisados y remodelados, pues datan de las décadas de los 40 y los 60, de ahí hasta los 80 se fueron construyendo los de la llamada zona Dorada, y posteriormente los del Acapulco Diamante, que son más actuales.