Ante la cuesta de enero, aumentan los empeños en casas prendarias

Arturo Parra Ochoa

Acapulco, Gro., 12 de enero de 2007.- Debido a la escalada de precios que se registra en este inicio de año, principalmente por la tortilla y el gas, a los acapulqueños les ha sorprendido la cuesta de enero que esta vez resulta más pesada, por lo que comenzaron a recurrir a las casas de empeño para salir de la emergencia económica.

Ante la falta de una alternativa de financiamiento para quienes no son sujetos de obtener algún crédito de parte del sistema bancario, la gente que requiere de dinero rápido para atender alguna urgencia y que no puede reunir todos los requisitos que cualquier institución financiera exige, opta por deshacerse de alguna prenda de valor y luego recuperarla.

Según datos de Mariano Gutiérrez Mejía, quien promueve la constitución de una asociación de casas de empeño, en Acapulco existen 85 sucursales o franquicias de 22 marcas o sociedades mercantiles, cuyo movimiento promedio mensual es de 20 millones de pesos, el cual ha sido rebasado en enero, por concepto de préstamos, refrendos y venta de las mismas prendas que no son recuperadas por los pignorantes, y que representan apenas el cinco por ciento del total.

La delegación de la Procuraduría Federal del Consumidor, que inició esta semana un operativo de vigilancia para evitar abusos en las operaciones de estos negocios privados, informa que las tasas de interés anual con que prestan dinero varían abismalmente desde un 24 hasta 360 por ciento.

Diariamente cientos de acapulqueños solicitan préstamos que van de los 100 a los 4 mil pesos, según la prenda de valor que empeñan. De acuerdo con informes de la Profeco, el 85 por ciento de los clientes de estas instituciones prendarias no tiene acceso a la banca, y aunque el resto llega a contar con alguna tarjeta bancaria, está excedido en su crédito o posee un mal historial crediticio.

Las alhajas, según la Profeco, ocupan el primer lugar entre las prendas empeñadas, con un 71.5 por ciento; le siguen los aparatos eléctricos, con un 24 por ciento; el 4.5 por ciento restante lo constituyen artículos diversos. En cuanto al destino del dinero prestado, el 23 por ciento es para pago de deudas, 19 por ciento para gastos educativos, 16 por ciento para salud, y otro porcentaje similar para vivienda.

EN LA MIRA DE PROFECO, TRES CASAS DE EMPEÑO

Al inicio del operativo de supervisión a casas de empeño en Acapulco, la delegación de la Procuraduría Federal del Consumidor ya abrió 21 procesos de verificación a igual número de negocios donde se presume que hay irregularidades, de los cuales tres son susceptibles de aplicarles alguna sanción, dos sucursales de Prendamex y una de Montepío Luz Saviñón.

El delegado Joel Angel Tacuba García indicó que en esas casas de empeño no se exhiben los contratos de adhesión, ni en un lugar visible el monto de las tasas de interés con que hacen los préstamos.

Los proveedores, agregó, deben colocar en su publicidad o en todos sus establecimientos abiertos al público y de forma permanente y visible, una pizarra de anuncios o medio electrónico informativo, el cual tendrá como propósito brindar información a los consumidores sobre los términos y condiciones de los contratos.

Además, continuó el funcionario federal, deben informar a través de caracteres distintivos de manera clara, notoria e indubitable, el monto de la tasa de interés anualizada que se cobra sobre los saldos insolutos. Asimismo, dijo que serán supervisadas las básculas que utilizan dichos negocios para pesar alhajas, a fin de que cuenten con el holograma de calibración respectivo.

FALTAN CUATRO DE REGISTRARSE ANTE PROFECO

Mariano Gutiérrez observó que de las 22 marcas o matrices que hay representadas en Acapulco, se han registrado ante la delegación de la Profeco 18 y faltan cuatro de hacerlo, como parte de las tareas regulatorias que lleva a cabo esa dependencia federal.

A más tardar, en los próximos tres meses deberán quedar totalmente registradas, también ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Inicialmente se pretendió que las regulara la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, pero como más bien se trata de sociedades mercantiles, de asistencia privada y no instituciones financieras, se les dio esa responsabilidad a la Profeco y a la SHCP.

Gutiérrez Mejía comentó que el año pasado se registró un boom de las casas de empeño en Acapulco, pues al inicio del 2006 había apenas unas 45, entre marcas y sucursales, pero llegaron para instalarse otras 40 en el transcurso de 12 meses, “y todavía hay mercado suficiente para otras; creo que mientras más haya, el cliente se beneficiará porque va a poder decidir a dónde acude”.