Arp@net (columna del 21 de marzo de 2006)

  • Distantes pero también cercanos
  • Coinciden amigos de ALR y FSM
  • Bicentenario de Benito Juárez

Arturo Parra Ochoa (*)
Aunque sin la presencia del alcalde Félix Salgado Macedonio, se llevó a cabo un evento juarista coordinado entre el Congreso del Estado y el ayuntamiento municipal de Acapulco, en el que a pesar de los distanciamientos coincidieron políticos, críticos y funcionarios de dos grupos, el del ex alcalde Alberto López Rosas y el del actual presidente municipal.
Cada uno de los 17 ponentes exaltó la figura del tres veces declarado "Benemérito de las Américas", impulsor de las Leyes de Reforma y restaurador de la República, Benito Pablo Juárez García, en éste que fue el Tercer Coloquio sobre la vida y obra de quien le dio apellido al nombre del municipio Acapulco de Juárez, con motivo del bicentenario de su natalicio.
Como se ha venido haciendo desde hace tres años, en la llamada Casona de Juárez ubicada precisamente en la calle Benito Juárez del centro de la ciudad, concurrieron López Rosas, amigos y ex colaboradores suyos, entre ellos el representante del Congreso local, el diputado perredista Ramiro Solorio Almazán, así como funcionarios de la administración de Félix Salgado, como la misma titular de la Dirección Municipal de Cultura y una de las principales organizadoras, Aída Espino Barros Ramírez.
Aunque con cierto desorden por parte de los organizadores, porque no tenían impreso el programa de participaciones, que fue elaborado de última hora a mano, ni respetaron la convocatoria en cuanto al orden de las disertaciones, que supuestamente iba a ser de acuerdo con la confirmación que se hiciera de manera previa y por teléfono, el evento tuvo cobertura por parte de los voceros municipales.
Ello a pesar de que estos coloquios llevan la potestad del ex presidente municipal Alberto López Rosas, vía Ramiro Solorio, a cuyo correo electrónico iban dirigidas las participaciones inscritas.
Recordaron los ponentes que Benito Juárez fue declarado tres veces "Benemérito de las Américas", primero en Colombia, después en República Dominicana y finalmente en su país natal, México, ya de manera póstuma. Así las cosas.
Entre los colaboradores de Félix Salgado estuvo el coordinador de proyectos especiales, Dr. Ricardo Jiménez Solís, quien hizo un llamado a aquellos que de una manera u otra participan dentro de la administración pública, para que imiten a Juárez cuando sirvan al pueblo.
"Que lo reproduzcamos en nuestro trabajo cotidiano, en nuestras acciones de gobierno, en nuestro trato con el público, en nuestro carácter, en nuestra austeridad republicana, en nuestro sentido de justicia, seamos todos como Juárez, en la conducta personal de nuestra vida diaria", expresó el asesor del alcalde.
Destacó lo meritorio del prócer de la Reforma en México, que a pesar de haber nacido en una humilde choza de Oaxaca, donde no sabían hablar el castellano, se sobrepone a todas las vicisitudes y adversidades para llegar hasta la presidencia de la república, venciendo a los conservadores de la época.
Benito Juárez, recordó Jiménez Solís, fue quien decretó la suspensión de pagos de la deuda externa, defendió a la patria de la intervención francesa, expulsó del territorio nacional al representante del Vaticano, separó los bienes de la iglesia y del estado, quitando los fueros militar y eclesiástico, instituyó la educación laica, gratuita y obligatoria, y sacó adelante su visión de impartición de justicia e igualdad social, ayudando a los más necesitados.
No podía faltar quien confirmara la autoría de estos eventos para rendirle homenaje a Benito Juárez, y fue Roberto Antonio Camps Cortés, asesor del ex alcalde Alberto López Rosas, quien señaló que en el año 2004, el entonces presidente municipal inauguró la Casona de Juárez como espacio cultural, develó el monumento al Benemérito de las Américas en el malecón, y auspició el inicio de estos coloquios.
Refirió Camps que Benito Juárez llegó vía marítima al puerto de Acapulco en 1855, luego de un período de destierro ordenado por el dictador Antonio López de Santa Ana, como castigo por sus ideas liberales. Su estancia en este puerto pasó casi desapercibida y no fue de privilegios, precisamente por la situación política de entonces.
El ponente trasladó a la época actual el pensamiento y acciones juaristas, fundadas en valores y principios de validez universal que trascendieron el tiempo y el espacio, y siguen vigentes.
"Su firmeza e inflexibilidad dejaron huella en la historia. Hoy en Guerrero, jueces y magistrados viven bajo sospecha, señalados por la opinión pública por su flexibilidad, por su displicencia. Hoy el poder judicial se ha ganado la desconfianza de la ciudadanía. Nuestra vida como sociedad está erosionada y marcada por la zozobra.
"Benito Juárez como hombre del poder tuvo una conducta sobria y austera, y debería ser guía para la actual clase política guerrerense, tan proclive a los excesos, frente al drama de nuestra pobreza. El pensamiento liberal juarista encarna nuestras aspiraciones como pueblo, por eso rechazamos la represión y cualquier forma de exclusión", remarcó Roberto Camps.
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